Simposio Colombia

Por: General Manuel José Bonett, Director del simposio.

En La fecha se celebró el primer simposio correspondiente al año 2016 con una nutrida concurrencia de analistas, pensadores, periodistas, generales retirados y hombres y mujeres de empresa.

Inició la sesión la representación de la empresa Datexco, que en términos generales se resume así: el 74% de los consultados no está de acuerdo con que las FARC participen en política, el pesimismo del país va en aumento y ya está en el 56%, el 61% de los encuestados no cree en la voluntad de las FARC, hay alto descontento en el manejo de la pobreza, con el 77%, la salud con el 82%, manejo de la seguridad, la venta de Isagen con un 85% negativo y así en casi todos los aspectos de la gestión gubernamental. La actitud de los encuestados se resume en desesperanza, incredulidad y falta de ánimo. Tal vez por esto último se nota una bajísima participación de la población en las manifestaciones y expresiones públicas con respecto a los principales aspectos que afectan a la sociedad.

Estamos otra vez en el primer lugar de producción de cocaína, el área cultivada se duplicó, la erradicación manual no ha funcionado y se suspendió sin debida investigación la aspersión o fumigación. También en este campo se preguntó que aportara la narcoguerrilla al posconflicto. Que va a suceder con los dineros del narcotráfico que tienen invertidos en Colombia y el exterior y cuantos “sapos” se tragará la guerrilla.

Se expresaron varias dudas con respecto al plebiscito y fue constante la pregunta de si esta consulta popular se llevara a cabo y en caso afirmativo cuál será su legitimidad dado el bajo nivel del umbral. ¿Habrá posconflicto o pos-acuerdo? ¿Qué pasará después de 10 años de haber acordado el cese bilateral del fuego?

El conflicto colombiano es producto de decisiones políticas, de odios personales y muy pocas confrontaciones ideológicas. Esta guerra de más de 60 años no tuvo justificaciones ni razón social y solo se produjo por la confrontación del liderazgo de los partidos y de las luchas por el poder. Es la guerra más irracional y sin sentido que se haya producido en el mundo por que no se ha producido en causas nacionalistas, religiosas, políticas y solo vinieron a aparecer las aspiraciones y los reclamos de reformas sociales y políticas en los procesos del Caguan y la Habana. Es una guerra sin sentido donde el único responsable es el liderazgo político de la nación.

El verdadero “sapo” de la guerrilla, debería ser la renuncia a la actividad armada, la entrega de armas y la reinserción social.

El tema minero es una de las más graves herencias que deja el posconflicto y aunque es manejado por el crimen organizado, sus operadores proceden de los grupos armados ilegales desmovilizados. No se descarta que algunos elementos expertos de las FARC no se concentren, se presenten como disidentes y se dediquen a la explotación de este y otros lucrativos negocios como son el tráfico de gasolina, el tráfico de armas, el tráfico de personas, el crimen electrónico y muchas otras actividades ilegales. El concepto general es que las FARC no van a renunciar a las productivas actividades económicas ilegales que vienen practicando. Uno de los daños más graves que está produciendo la minería ilegal es el deterioro ambiental, sobre todo por el envenenamiento de las aguas con el mercurio y por los daños a la salud de los mineros artesanales. Sobre este punto no conocemos ninguna determinación del gobierno nacional.

Hay convencimiento en la opinión de que el postconflicto será territorial. No sabemos cuál es la capacidad de los partidos políticos para asumir la confrontación con las FARC en la lucha que estas están planteando con el dominio municipal. ¿Qué herramientas y que fortalezas tienen los partidos colombianos para afrontar esta lucha por el poder territorial?

Algunos participantes expresaron que de todas maneras el país está en paz y que es mejor vivir así y no en guerra.