Que el Papa Silvestre II, se llamaba Gerberto de Aurillac, fue el primer Papa Francés, amigo y consejero de Otón III y fue considerado uno de los grandes sabios de su tiempo. Fue elegido a los 60 años, gracias a que su protector Otón le pidió a la Santa Sede que lo colocara en ese cargo. Fue este Papa quien impuso el celibato entre los curas. Muchos años después de su muerte ocurrió algo extraño: en 1909 al abrir su sarcófago, su cadáver que hasta ese momento había permanecido intacto, se disolvió en polvo ante los ojos sorprendidos de los espectadores. Solamente se salvo un anillo que tenía puesto quedó encima del polvo amontonado.
Que Pio IX, es el papa que más a durado en el cargo: 32 años, desde 1846 a 1878. De niño sufrió de epilepsia, problema que aparentemente curó a la edad de 30 años. En un concilio, parodiando al Rey Sol, Luis XIV de Francia, dijo: “La tradición soy yo”. Se considera el primero de los papas modernos porque consolido una iglesia más unida, más activa y más viva que nunca. Su ´poder fue tal que muy pocos papas lo han tenido, y su popularidad tanta que en casi todos los hogares católicos del mundo, al lado del crucifijo se colocaba su imagen.
Que la historia del naipe además de rica es contradictoria. Nadie puede afirmar a ciencia cierta de donde procede y mucho menos quienes fueron sus inventores. Algunos investigadores piensan que viene de oriente, atribuyéndoselo a los chinos, otros a los árabes y a los egipcios. Tampoco hay acuerdo sobre su fecha de aparición en Europa, la más cercana hace referencia al reinado de Carlos VI de Francia quien los popularizó gracias a que en su palacio se realizaban grandes torneos de cartas.
Que Portugal abolió la pena de muerte para delitos políticos en 1852 y para delitos civiles en 1867. La última vez que la pena capital se aplicó en este país fue el 16 de abril de 1842. La ejecución del reo fue tan terrible que le costó la vida, al pie del cadalso, a uno de los sacerdotes que lo acompañaban y que no pudo soportar el dantesco espectáculo. No es de extrañar que esto haya influido para su abolición.
Que parece ser que no fue Isabel La Católica quien juro no cambiarse de camisa mientras no se diese la conquista de Granada, sino, Clara Eugenia Isabel de Austria, fijando como plazo el que sus tropas pusieran fin al asedio de Ostende. Lo cierto es que el sitio duro tres años.