Que antes de la Revolución Industrial, que se diera en Inglaterra entre finales del siglo XVIII y el comienzos siglo XIX, los inventores e ingenieros británicos no fueron lo que entonces e incluso hoy podemos llamar gentlemans, pues para ese entonces, sobre todo para el siglo XVIII; la ciencia pura parecía una extravagancia porque no se le veía provecho alguno. Con el paso del tiempo, y ante lo que se avecinaba, la ciencia, la técnica y la economía impusieron su importancia.
Que la contaminación ambiental se puede considerar la última fase de la Revolución Industrial. Sólo hasta mediados del siglo XX se tuvo conciencia de los graves peligros que traía para la tierra y para la humanidad la enorme cantidad de residuos industriales que se producían. Hasta entonces se consideró que esta suciedad tecnológica se circunscribía a un problema local que afectaba exclusivamente a los trabajadores de las fábricas en sus áreas, pero ocurrió que el mundo y la atmósfera se contaminaron y solamente 200 años después caímos en la cuenta de la catástrofe que se podía presentar por culpa del progreso.
Que San Cristóbal era un hombre de gran tamaño, casi un gigante que, entre sus muchos oficios, tuvo el de ayudar a los viajeros a vadear un rió pasándolos de una orilla a otra sobre sus hombros. Parece ser que en virtud de dicho trabajo cargo al mismo niño Jesús. Este hombre, que era de origen griego, tenía como aspiración servirle al rey más poderoso de la tierra,y alguna vez pensó que era el diablo porque todos le temían, entonces buscó a un brujo para que lo condujera hasta donde estaba el demonio. Al pasar por cerca de una cruz el brujo sintió pavor, porque según sus palabras, en esos maderos entrecruzados había muerto un tal Jesús al que muchos llamaban Rey y al que el mismo diablo le tenía miedo. Como entendió que Jesucristo era el nombre más poderoso, se dedico a servirle y por esta razón se convirtió en santo.
Que San Martín de Porres, pertenecía a la orden de los Dominicos y fue el primer santo negro de América. Había nacido en Lima en diciembre de 1579 y murió en noviembre de 1639. Era hijo de Juan de Porres, español pobre, y de una negra liberta llamada Ana Velázquez, nacida en la ciudad de Panamá pero que vivía en Lima. Su padre por razones políticas y laicas no lo reconoció ni a él ni a su hermana Juana Martín de Porres. Además de una educación cristina y cuidadosa por parte de su madre, se instruyó como boticario y fue conocido como un médico eficiente y sabio capaz de curar muchas enfermedades. A veces es mostrado con una escoba en sus manos en actitud de barrer, debido a humildad que siempre mostró en cada uno de sus actos.