Por: Ver Bien Magazin
Los alegres estudiantes
Jóvenes de 18 a 24 años, pertenecen a la clase alta y media-alta y por lo tanto son hijos de buena familia. Digamos que en estos momentos terminan su bachillerato o estudian en colegios y universidades elitistas del país y dependen económicamente de sus padres, quienes les proporcionan todo lo necesario.
Se distinguen por ser fanáticos de las marcas, especialmente en sus prendas de vestir –así usen los pantalones al estilo Cantinflas, es decir, a la altura de la pelvis- que se convierten en símbolo de estatus y casi determinan actitudes triviales de rechazo para el “pobre” que no las usa. Ven Tv entre 5 y 7 horas diarias, pero los fines de semana esta costumbre disminuye porque “jala” la Internet o la “rumba”. Les gustan los comerciales donde la música, las modelos y la creatividad están enfocadas a su mundo elitista y exclusivo. También acostumbran leer el periódico, del que prefieren las secciones deportivas, la social y la guía de espectáculos. Asiduos del cine, se inclinan por las comedias de humor americanas. Valoran bien la publicidad colombiana y ¡claro!, compran todo lo que se anuncie en marcas famosas: desde unos tenis hasta una chocolatina.
Los “enculebrados”
Parejas de clase media-media y media-alta. Son compradores compulsivos y gastan más de lo que tienen. En palabras más sofisticadas, “la satisfacción inmediata de ciertos lujos y caprichos es más importante que la satisfacción de necesidades primarias”. Es decir, ¡pura apariencia!, que los lleva a vivir escondiéndose siempre de los “chepitos”.
Los nuevos productos ven en estos personajes a sus mayores consumidores, pues les atrae la novedad. Además tienen casada una tremenda competencia con sus familiares, amigos y vecinos, sobre quién tiene el producto más “in” o el electrodoméstico más moderno. El precio les importa poco, “pues ya pagaremos”. El crédito es su sistema preferido de adquisición.
Aunque son atentos receptores de TODOS los medios de comunicación, consumen más revistas y televisión.
El mero macho
Este personaje representa a un alto porcentaje de los hombres de clase media-baja y baja. Empleado, ingresos insuficientes, casado, con cuatro o cinco hijos, tiene que ampliar la casa, y lucha todos los meses para que la plata le alcance para pagar el colegio de los muchachos. Pasa las vacaciones en casa de familiares o amigos. No acepta que la mujer se realice profesionalmente, ni mucho menos que aporte económicamente al hogar.
La Tv, es el medio que más le induce a comprar, aunque en general califica como malos los comerciales, especialmente “por la repetidera”. Le desagradan en la prensa, lo que en su opinión considera: “avisos deshonestos y agresivos”. No puede leer revistas por su costo. Tampoco escucha radio porque no le queda tiempo. Y sobre los productos de consumo no opina…esos son asuntos de señoras.
El intelectual descomplicado
Joven entre los 18 y los 24 años, que no pudo terminar sus estudios o vegeta en una universidad pública. Por supuesto, no tiene intención de terminar la carrera. No le preocupa la moda, vive independientemente, destina su tiempo libre…que es MUCHISIMO…a leer y pensar en el arte.
Los “vaciados”
Ellos no se fijan para nada…y es que además no pueden…en las marcas. Adquieren los artículos basándose exclusivamente en el precio. Este factor es lo más importante en un producto. “Compran a diario en tiendas y lugares cercanos a su casa, donde los conocen o incluso les fían”.
Representando un alto porcentaje de nuestra población, sus ingresos son inferiores a sus gastos, prácticamente no les alcanza el dinero para cubrir las necesidades básicas y, por supuesto, no tienen ningún objetivo de inversión. Pero eso sí, y a pesar de las condiciones económicas, el hombre le prohíbe a su mujer que trabaje. Es el típico machista. “El lugar de una mujer está en la casa, cuidando los hijos”, es su lema preferido. Y no contento con esto, es él quien decide sobre la relación prematrimonial o la separación. No permite que su mujer planifique y considera que su hombría está valorada por el número de hijos que pueda tener.
La casera tradicionalista
La mujer es de la casa, su obligación son los hijos, ¿trabajar? Ni de fundas. Frente a los medios tiene una actitud selectiva, pues sólo ve aquellos que realmente le gustan. Lo que más le induce a comprar son las revistas, especialmente femeninas, en las que siempre se detiene en los avisos publicitarios. Escucha radio todos los días. Lee periódicos para estar informada y de estos lo que más le agrada son las páginas femeninas y la social. Ella determina la compra de todos los productos de consumo familiar o personal de su casa, dependiendo de su utilidad.
Los optimistas
Jóvenes de 18 a 24 años de edad, clase media-baja, trabajan y estudian al mismo tiempo, creen ciegamente en la igualdad hombre-mujer, pero, irónicamente, piensan que la relación de pareja puede verse afectada cuando ella es profesional: sencillamente él morirá de un ataque de celos y de un horrible complejo de inferioridad.
Ven mucha televisión (cuatro horas en promedio combinadas con Internet), prefiriendo los dramatizados, los noticieros y los comerciales con música. Leen revistas especializadas y científicas, les llama muchísimo la atención los avisos publicitarios. Son poco lectores de periódicos. Les gusta la publicidad porque les permite conocer nuevos productos…pero de ahí a comprarlos…
Los hijos de papi
Estos son los típicos recién casados, profesionales, 2 hijos (¡ni uno más!), que tienen casa y carro porque los papás se los regalaron. Ella trabaja por gusto y no por necesidad. En la tarde se está con los niños, le “priva” ayudarles con las tareas y busca tiempito para ir de comprar con las amigas, o al gimnasio. Son deportistas, pertenecen a un club y toman vacaciones cada año.
“Se encuentran satisfechos con su posición, porque cuentan con una estabilidad económica que les permite adquirir los bienes y servicios que desean”. Los “hijos de papi” dedican bastante tiempo a ver la programación de antena parabólica, Tv Cable o DVD. Acostumbran leer revistas, sobre todo femeninas, de información general y especializada. Cambian de una marca a otra, pero sólo por curiosidad de ensayar y estar a la moda. Al tener dinero, se dan el lujo de probar todos los nuevos productos que se les aparecen en los comerciales.
La profesional moderna
Aunque nunca deja de leer los diarios, tampoco se pierde las revistas femeninas, de información general y científicas. Ve televisión en sus ratos libres pero sólo como medio de entretenimiento, porque “la calidad de un producto es básica al elegir una marca”.
Moderna, dinámica, independiente, segura de sí misma, gasta su dinero en lo que le gusta. El matrimonio no está en sus valores más importantes. Amiga de los acontecimientos sociales, le gustan las fiestas, cocteles, exposiciones y cenas.
Los “yuppies” criollos
Son solteros porque le huyen a cualquier tipo de compromiso y están muy jóvenes para contraer esas obligaciones. Distribuyen sus ingresos en vestido, alimentación, recreación y, sobre todo, ahorro, porque piensan darse algunos gustos como: comprar carro, viajar a Europa…
Están a favor de las relaciones prematrimoniales, el divorcio, la legalización del aborto y la unión libre. Los valores con los que más se identifican son: amor, éxito y responsabilidad.
La conservadora tenaz
Generalmente son mujeres de clase baja, entre 35 y 44 años, casadas. Para ellas, todo cambio representa un amenaza, ¡y muy seria! Tradicionalista, moralizadora, considera que todos los hombres son unos…machistas. Además se queja todo el día del mundo en que le tocó vivir. Le desagrada la publicidad. Ve menos de una hora diaria de televisión, salvo el sábado, cuando le dedica más tiempo. Prefiere los noticieros y cambiaría la televisión colombiana aumentando los programas “de contenido”. No le agradan los comerciales y nunca ha adquirido un producto motivada por ellos. Le fastidian las modelos medio vestidas y prefiere las propagandas de monachitos. Además, no lee los periódicos. Mejor dicho, ningún medio publicitario le induce a comprar. Ella decide la marca de los artículos, teniendo en cuenta el precio y la necesidad.
Los luchadores
Generalmente, los miembros de esta pareja no alcanzaron a llegar a la universidad. Tienen dos hijos y pertenecen a la clase media-media. Luchadores infatigables, son conscientes de que deben compartir las responsabilidades del hogar: cuidando los hijos y llevando plata a la casa. Pese a que les ha tocado luchar mucho, están satisfechos porque lo que tienen lo han conseguido por su propia esfuerzo.
Él es comerciante o empleado de tipo medio y ella suele ser secretaria, vendedora o empleada en algún negocio. Quieren hacer un capital que les proporcione estabilidad, comprar casa propia o ampliar el negocio.
La televisión es el medio que más les motiva a comprar, pero nunca olvidan qué tan práctico y útil será el artículo que van a adquirir. En otras palabras, la relación precio-beneficio es lo más importante para ellos en la elección de una marca.
Y usted… ¿en cuál de las anteriores categorías se ubica?