Hace 40 años, la hermosísima Brigitte Bardot cantó la muy boyacense Quiay de Cuchipe, en la televisión. Ese video es hoy rescatado en el portal Youtube y se ha convertido en uno de los más vistos. Acá está esa joya que cae muy bien en estos tiempos de celebración de la independencia.
Quienes esperaban ver su cuerpo de diosa y sus piernas de infarto, quedaron más decepcionados que carranguero en concierto de rock. Cuando se apareció Brigitte Bardot, estaba con un sombrero de paja y una ruana boyacense. Pero cuando el símbolo sexual de los años 60, la rubia más deseada del mundo, entonó las coplas de una de las canciones más populares de Colombia –Quiay de Cuchipe–, el país entero se llenó de orgullo. Y hasta los más garosos le perdonaron tanto abrigo.
La filmación –era una época en la que aún no se hablaba de video– permaneció refundida en la memoria de los admiradores de la diva francesa, hoy abuelos, hasta que hace poco alguien que transitaba por la súper autopista del ciberespacio lo ‘subió’ al portal Youtube.
Y se convirtió en un éxito de esos que se anuncian en el Internet y se comparten entre amigos invisibles.
No se sabe si la actriz, que en el 2009 cumplió 75 años, ha vuelto a verse a sí misma, joven y lujuriosa, preguntando por la vida de Cuchipe y de Dolores.
Pero gracias a esta tonada colombiana el mundo ha vuelto a recordar a esa pequeña de 16 años que desató su leyenda posando para la portada de la revista Elle. Era una época en la que la civilización no estaba preparada para su melena rubia, envidia de los campos de girasoles dorados al sol. Ni para su boca entreabierta, todo un agujero negro de tentación, perfilada por labios que parecían implorar un mordisco.
Brigitte Bardot nació el 28 de septiembre de 1934 en París, Francia. Se crió en una casa de clase media junto a su padre, que se desempeñaba como directivo de una empresa y su madre, quien organizaba desfiles de modas. Desde muy pequeña estuvo vinculada al mundo de las pasarelas, condición que la posicionó en un lugar inmejorable para lanzarse a la fama. Desde su adolescencia, estudió ballet en el Conservatorio Nacional de Danza. Su afición por el baile y el espectáculo la llevó a acercarse a las pasarelas y luego, rápidamente, al mundo del cine. En 1952 filmó su primera película llamada Le trou normand(El agujero de Normandía), la cual la llevó a incursionar en el séptimo arte. Adicionalmente, este film la presentó con su primer esposo, el director Roger Vadim.
Tan arrebatadora era la belleza de Bardot, que hasta sus filmes más mediocres atraían generosas audiencias y cautivaban a admiradores como unos tales John Lennon o Bob Dylan. A lo largo de los 50, B.B. rivalizó con Marilyn Monroe por el corazón de los caballeros, pero la francesa alcanzó una cumbre imposible para Norma Jean Baker: el respeto de Simone de Beauvoir. “Su rebeldía es ejemplo de feminismo”, decía la pensadora existencialista.
Antes de la década del 60, la rubia mostró su esplendor. Llamó la atención de varios continentes y no escapó a las miradas del mundo de Hollywood. Si bien no se caracterizó por haber filmado allí, Bardot fue conocida por su trayectoria en Europa y siempre fue muy bien recibida en Estados Unidos, y en Colombia. En dos años, -entre 1957 y 1959-, la francesa filmó seis películas.
La película que la lanzó a la fama fue Et Dieu… créa la femme (Y Dios… creó a la mujer), pero lo que ella creó a su vez fue una esplendorosa carrera de notoriedad en el mundo del espectáculo. Sin embargo, esta fama abrumadora la agotó rápidamente. En 1974, una de las mujeres más renombradas del mundo del cine francés dejó el espectáculo para siempre. En 1996, Bardot escribió un libro autobiográfico donde cuenta que su vida reunió episodios difíciles, por los cuales no pudo criar a su hijo de la manera que hubiese querido. Estos fueron algunos de los motivos de su retiro.
Pero en la ciudad de Buzios, perteneciente al estado de Río de Janeiro, en Brasil, se puede ver la escultura de una mujer hermosa llamada Orla Bardot. Cuentan los lugareños que, en 1964, Brigitte Bardot visitó Brasil junto a su novio brasileño, quien, en efecto, no fue el único que se fascinó con su presencia. Uno de ellos le rindió homenaje de esta forma tan singular: fabricó una escultura tamaño real de la actriz europea.
Por la misma época apareció su interpretación de Quiay de Cuchipe, grabada en una visita a Bogotá, según recuerdan algunos nostálgicos ex hippies.
En 1986, tras organizar una subasta con sus joyas y materiales cinematográficos, Brigitte creó la fundación que lleva su nombre y que se dedica a proteger a la vida animal alrededor del mundo. Desde ese momento, fue considera la cuidadora de los “bebés foca”, porque se declaró defensora del derecho de los animales a la vida, haciendo campañas públicas de sensibilización.
En septiembre de 2009, la flamante Brigitte Bardot cumplió 75 años. Ella lo festejó en su casa de Saint Tropez, en Francia, donde pasa todo el año dedicada a la causa del cuidado de los animales. En esta oportunidad no hizo declaraciones ni atendió a los medios de comunicación que tocaron su puerta.
Pero ella misma confesó en una ocasión que «es triste envejecer pero agradable madurar».
En un mes largo, Brigitte Bardot cumplirá 76 años de una vida que ella resumió una vez con estas palabras: «He sido muy feliz, muy rica, muy hermosa, muy adulada, muy famosa y muy infeliz».
Buena reseña, pero el «trou Nprmand» es el «agujero normando», no «de Normandía»; los dos idiomas son casi iguales en ese par de palabras.
Brigitte protege los animales EN el mundo, EN TODO el mundo, no «alrededor» («en órbita»), y los «bebés focas» son los CACHORROS, las CRÍAS de foca. ¡Ay, los agringados y su GRINGAÑOL!