La Universidad Sergio Arboleda
Por: Germán Matamoros G.
Convirtiéndose en un hito histórico para el país, el 17 de abril del 2007 se puso en el espacio el primer satélite colombiano, elaborado, diseñado y puesto en operación por ingenieros colombianos, gracias a un interesante y ambicioso proyecto educativo y de investigaciones de la Universidad Sergio Arboleda: El Libertad I, que hace parte del proyecto Picosatélite. Es al mismo tiempo el primer satélite de esa familia que se hace en Latinoamérica. “Somos el primer país latinoamericano que hace un Picosatélite, es decir, son los más pequeños del mundo, de los cuales existen cuatro generaciones de satélites y dependiendo de su volumen y masa se clasifican en: Satélite, Microsatélite, Nanosatélite y Picosatélite”, dice el ingeniero Raúl Andrés Joya Olarte, director del Observatorio Astronómico de la Sergio Arboleda.
Pese a que el pasado 17 de abril cumplió dos años de haber sido colocado en el espacio, los proyectos en esta materia no se han quedado ahí, y se está trabajando en el segundo satélite: El Libertad II, cuya misión será monitorear la Tierra para hacer fotografía. “Por ahora es imposible saber la fecha de su lanzamiento, pues cuando se hizo el lanzamiento de Libertada I se tuvo que pagar por anticipado un año del lanzamiento y se lanzó dos años y medio después. Estamos sujetos a la programación de la agencia que pone satélites en órbita y ellos han tenido problemas técnicos por lo que se han corrido los lanzamientos”, agrega el ingeniero Joya Olarte.
No se habla de costos por política propia de la universidad. Lo cierto es que la Sergio Arboleda es hasta ahora la pionera y único centro educativo de Colombia en tener no sólo un satélite, sino también un observatorio astronómico, que sirve para complementar sus objetivos de investigación con alta calidad en los procesos educativos.
El propósito de tener un Satélite
La Universidad Sergio Arboleda buscaba un proyecto de investigación que involucrará todas las áreas de las ciencias exactas que ofrece la institución tales como: Ingeniería de Sistemas y Telecomunicaciones, Matemáticas e Ingeniería Electrónica, así como también el Observatorio Astronómico que, por ser un departamento de investigación y desarrollo sobre Astronomía y Ciencias del Espacio, sirve como punto de apoyo para materializar la investigación en estas áreas.
“La base de todo esto es la necesidad de hacer investigaciones de nuestra Escuela de Ingeniería, nuestro departamento de matemáticas y el departamento de observatorio astronómico -dice el ingeniero Raúl Andrés-. “Afortunadamente se conjugaron varias cosas: por un lado el país está en este momento buscando promocionar el tema de las conferencias aeroespaciales de las Américas en donde se incentiva a diferentes instancias para que hagan actividades referentes al espacio. Una de ellas era por qué no hacer un satélite. Se sumó entonces a esta posibilidad el señor César Ocampo, ingeniero aeroespacial de la Universidad de Texas en Austin; él nos presentó el proyecto que tendría éxito para nosotros, que sería hacer un satélite que se había inventado en la Universidad de Stanford para que estudiantes universitarios lo hicieran realidad, es decir que el proyecto no se quedara en el escritorio sino que fuera al espacio.También se sumó el ímpetu del señor Alvaro Leyva Durán, en su momento, motivando a la universidad a que hiciera este proyecto”.
El programa que llenó las expectativas se llamó CubeSat y es así como Leyva Duránpresentó a la Universidad esta propuesta y estableció los contactos con lasuniversidades de Stanford y Cal Poly, creadores de este formato de satélite. Esta gestión fue asesorada por el ingeniero aeroespacial , César Ocampo, quien desde el 2001 venía exponiendo el tema al país.
El rector, Rodrigo Noguera Calderón, escuchó todas estas iniciativas y se formó un equipo que lideró precisamente el ingeniero Joya, y se empezó a trabajar formalmente en diciembre del 2004, y en abril del 2005 recibieron la primera capacitación de la Universidad de Stanford. Posteriormente en agosto de ese mismo año les anunciaron que el lanzamiento del satélite al espacio estaba siendo aplazado puesto que el satélite principal del cohete (Belka) no estaba listo. Ese aplazamiento se postergó hasta el año 2006.
“Nos hicieron el contacto a través de la empresa Cosmotras, que es un socio de países de la antigua Unión Soviética, y es la encargada de hacer todos los lanzamientos. Eso fue en marzo del 2007, con 15 satélites más incluido uno de 100 kilogramos de Egipto. Una vez en el espacio el satélite quedó en completa operación de la universidad Sergio Arboleda. Se espera su caída en cuatro o cinco años, ya que se va a incinerar en la alta atmosfera debido a la velocidad que lleva, que es de siete kilómetros por segundo”.
Es hasta el momento la única universidad que ha desarrollado en Colombia el proyecto CubeSat, y aunque existen dos experiencias previas en Latinoamérica, una en Argentina y otra en México, la diferencia es que el de la universidad colombiana es un proyecto netamente privado, que no ha contado con el apoyo del Estado, mientras que las de estos dos países si cuentan con el respaldo gubernamental.
El proyecto Picosatélite Libertad I es una realidad espacial que fue lanzado desde el centro espacial de Baikonur, en Kazajstán, Asia y a bordo del cohete Dnepr. Un satélite puede costar entre cuatro y cinco millones de dólares y la puesta en órbita otro tanto. “El de nosotros costó 800.000.000 de pesos, incluyendo todo, el desarrollo, la capacitación nuestra y el lanzamiento”, puntualiza el ingeniero Joya.
El Observatorio Astronómico: otro gran logro
Como otro gran complemento de la Sergio Arboleda, también es el único centro universitario del país que cuenta con un Observatorio Astronómico propio, el cual fue inaugurado el 12 de diciembre del año 2000. El objetivo inicial era que los estudiantes de humanidades tuvieran la oportunidad de ver el universo. Y el doctor Rodrigo Noguera Calderón quería tener un telescopio para eso. La idea se conjugó con una donación que hizo el doctor Alvaro Leyva Durán, quien lo había recibido como un aporte de los Estados Unidos.
Este telescopio es un robot y se utiliza para capturar imagenes y hacer investigación, como por ejemplo de asteroides y cometas.
Con estos equipos se inició la tarea de las físicas pedagógicas implementándolas para los colegios. De hecho hasta el 2008 han visitado dicho centro 63.000 niños de diferentes colegios de Bogotá, 7.700 estudiantes universitarios, y un poco más de 2.500 personas particulares que han asistido a conocer el observatorio.
El observatorio cuenta además con dos planetarios: uno didáctico y otro de entretención, que sirven para desarrollar actividades interactivas que permiten resolver cualquier clase de inquietud referente al tema astronómico. Los de entretención tienen una capacidad para 300 o 400 personas, mientras que el didáctico está hecho para un manejo pedagógico y para grupos pequeños de alrededor de 50 personas. Cada una de estas visitas tiene un promedio de duración de dos horas, y presta un servicio de atención de lunes a viernes de nueve de la mañana a ocho de la noche.
¿Qué materias hacen que los colegios busquen este observatorio?
La Astronomía se considera que es la madre de todas las ciencias y es la ciencia que permite utilizarse como herramienta para todas las ciencias, comenta elingeniero Josiph Toscano, coordinador académico del observatorio. “Ejemplo: yo puedo enseñar de una forma transversal gramática inglesa, claro utilizando temas de astronomía. Y como es algo que apasiona a los niños, se devoran el texto en gramática, sintaxis, morfología, redacción y compresión de lectura. Si yo quiero enseñar a los niños la tabla periódica pues lo hago con los elementos del universo porque la mayoría han sido descubiertos en el universo. Si quiero aplicarles biología me meto por la parte de astrobiología que es la especialización de esta ciencia en la búsqueda de vida en el universo. Si quiero enseñarles matemáticas o física lo hago con cosas de astronomía”.
En el caso de las universidades algunos estudiantes ven dentro de su contextoGeodesia (ciencia que estudia el tamaño y la forma de la Tierra). También hay visitas de particulares a través de empresas. Se podría decir que el Observatorio es un centro de cultura y de turismo. De hecho hay días de actividades específicas como los miércoles, denominadas visitas pedagógicas que tienen un costo por estudiante de $7.000, y reciben un número promedio mínimo de 10 estudiantes y máximo 60.
Hoy por hoy el Observatorio no solo es un centro de apoyo educativo que ha superado las necesidades propias de la universidad, sino que se ha ampliado a las de otros centros educativos, particulares y empresas privadas, cumpliendo así una función social y cultural importante para Bogotá y el resto del país.