Por: Gabriel Ortiz
Me da mucha pena acudir a la muletilla de las columnas del Presidente Santos, pero cuando lo escuché en la inauguración del Nuevo Mamonal, me invadió la pena.
Todo el país sabe lo ocurrido en Reficar, sabe que ahí se fueron nuestros impuestos, equivalentes a tres o cuatro Reformas Tributarias, sabe que por ello, nos preparan una nueva para el segundo semestre. “Me da mucha pena” y no logro entender el significado de las palabras del Presidente en Cartagena. Dijo que en Reficar, “no hubo corrupción, sino mala planeación financiera, Se empezó a construir sin terminar los diseños que fijaran su verdadero valor”.
Es decir se fueron a topa tolondro a gastarse nuestra plata, sin saber en qué, ni cuánta se iba a esfumar. Nuestros economistas, planificadores y financieros no son torpes, son gente capaz, muy capaz.
Y me siguió dando “mucha pena” cuando agregó: “todo ese escándalo que se ha generado tiene que ver con esa costumbre que teníamos los colombianos de iniciar las obras sin estructurarlas bien”. Alguien debió dar esa orden, como se hizo con las chuzadas, las zonas francas y la venta de Isagen.
Pero el Presidente no se quedó ahí. Sentenció: “yo no creo que allá hayan robado. Estoy seguro que no se han robado la plata que están diciendo. Iniciaron la obra con solamente el 20% de los estudios de ingeniería y cuando empezaron a profundizar, se dieron cuenta que estaba mal y tocó ir pagando más”.
Ya no “me da mucha pena”. Me da mucha rabia, mucha indignación. ¿A quién está defendiendo el Presidente Santos? A los de la anterior administración que no supieron calcular los costos de un proyecto de tal envergadura, o a los de la suya que no impidieron “ir pagando más”, cuando vieron el más desastroso, vulgar y descarado saqueo, en la historia de nuestro país.
Nuestros planificadores, nuestros proyectistas, nuestros economistas y nuestros profesionales, han quedado en cueros con estas declaraciones del Presidente.
Nadie puede creer que haya tantas equivocaciones, tantos desaciertos y tanta mala fe, si no existe algo más profundo. Por ello nuestra economía desciende, el desempleo crece, desaparecen nuestros impuestos y nos invade el pesimismo. ¿Y el Procurador? Me da mucha pena, esa plata se la robaron.
BLANCO: El premio que habrá para los ahorradores de energía.
NEGRO: La rara desaparición de la ponencia que dejaría al Procurador por fuera.
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