Por: Ver Bien Magazin
Según los investigadores, responder ¿por qué a los hombres les gusta la pornografía?, es como hablar de la causa de la drogadicción. La razón es simple: surte efecto. Al igual que una droga, la pornografía provoca en el hombre sentimientos de euforia y excitación.
Lo importante es establecer cuándo es perjudicial y cuándo es simplemente una forma de erotismo sexual. Aquellos que la ven como una manera de calmar un enojo contra la mujer o como una venganza porque han sido rechazados, acuden a ella con intenciones definitivamente nocivas y es aquí donde está la responsabilidad editorial de dichas publicaciones. Quienes inconscientemente la toman como una forma de satisfacer el daño que desearían hacerle a una mujer, la utilizan con cargo a beneficios poco sanos.
Sin embargo, aquellos hombres que la observan como una forma de erotismo sexual, probablemente la buscan debido a varias razones, propias del sexo masculino.
Despertar el deseo sexual
Sin lugar a dudas, este es el primer sentimiento que mueve la pornografía. En el hombre existe una extraña fascinación cuando ve a una mujer desnuda o haciendo el amor. El percibirla como algo inalcanzable, extrañamente, lo hace sentirse más seductor.
Aunque parezca contradictorio, ellos experimentan mayor atracción cuando saben que no pueden establecer una relación sexual con la protagonista de un video o la mujer que hace strep-tease.
Tal como Sigmund Freud escribió en su libro Sexualidad y sicología del amor, “El valor que la mente le da a las necesidades eróticas, desciende rápidamente cuando la satisfacción se hace fácilmente obtenible”. En otras palabras, los hombres ansían lo que jamás podrán obtener.
El motivo para este tipo de reacción parece estar simplemente en el hecho de ser hombres. Y no se debe a un factor genético, sino más bien a los patrones educativos. Ellos, por lo general, se sienten fácilmente atraídos por la apariencia, mientras que las mujeres desean más las manifestaciones sentimentales del amor. Debido a esto, encuentran gran satisfacción en las imágenes.
Lo único que no puede ofrecerles la pornografía, aparte del contacto físico y mutua satisfacción sexual, es el hecho real, factores que a ellos les resultan menos apremiantes que a la mujer.
Obtener información sobre el sexo
Aunque no existen estudios que lo demuestren, se cree que más de 10 millones de jóvenes vieron por primera vez una vagina y un busto femenino en una revista pornográfica.
La pornografía no sólo sirve para excitar, es también un llamado sustituto de los manuales de anatomía sexual. Para muchos hombres esta es la única fuente de información que resuelve sus dudas, ya sea porque no tiene acceso a los libros adecuados o porque sienten vergüenza de preguntar.
Los sicólogos, además afirman que ojear revistas y ver películas pornográficas pueden enriquecer la vida sexual de las parejas, mientras que ninguno de los dos se sienta incómodo con este recurso.
Aunque existen diferencias sustanciales entre el manejo de los temas en magazines obscenos y en los libros de sexualidad, ambos enseñan cómo divertirse con el sexo.
Adquirir seguridad
La pornografía da confianza al hombre, porque le permite descubrir que sus deseos y fantasías sexuales pueden ser posibles.
Además, muchos hombres manifiestan que la pornografía los hace sentirse totalmente libres frente al sexo opuesto y, lo más importante, los libera de tener que enfrentarse a cualquier coacción, pues con ella no se llega ni a la intimidad ni a un compromiso. Y, al mismo tiempo, les permite jugar con sus fantasías.
Es una forma de escape
El hecho de que la pornografía este dirigida, en su mayoría, a los hombres, no es gratuito. A diferencia de las mujeres, ellos anhelan el sexo y siempre están dispuestos a llegar a una relación. Por otro lado, la pornografía puede ser una
forma de satisfacer sus deseos, pues les permite tener una experiencia sexual con fantasías explícitas, sin el acto mismo. Es decir, pueden dejar volar su imaginación.
Sin embargo, aquí es cuando puede tomar matices nocivos, pues se puede utilizar como un escape para calmar el enojo porque una mujer lo ha rechazado.
Reafirma su poder
La pornografía les da a los hombres una especie de autoridad, o al menos la ilusión de tenerla. La buscan como una forma para reafirmar su dominación hacia el sexo opuesto.
Sin embargo, ese machismo escondido es el que puede tornarse nocivo, cuando se canaliza como señal de sometimiento.
Escenas de video o fotos en las que se representa a una mujer espontáneamente sometida ante los encantos del compañero, hacen que algunos hombres perciban una subyugación involuntaria. En pocas palabras, una violación.
Por eso, los sicólogos afirman que se debe hacer una distinción entre el erotismo con arte – mostrar únicamente imágenes sexuales- y las formas de pornografía con imágenes que contienen violencia.