Por: Germán Matamoros G.
Aterradoras, por decir lo menos, son las cifras en Colombiasobre abuso sexual y maltrato infantil. En nuestro país se denuncian más de 14 mil casos de abuso sexual infantil al año. En Bogotá, según el más reciente reporte de Medicina Legal, se denuncian 3.180 denuncias al año. Y son víctimas de abuso 549 niños y 2.631 niñas por año. Por edades el asunto es mucho más sorprendente, ya que el abuso se presenta a los 13 años con 31 niños que son “victimisados” y 277 en niñas. Al mes se denuncian 65 casos y diariamente se reportan a Medicina Legal nueve casos de abuso sexual Triste e increíblemente todo eso empieza desde el primero año de vida, aún desde bebés.
De esas escalofriantes cifras lamentablemente hace parte el caso de una mujer joven, quien a raíz de su dura experiencia se atrevió no solo a denunciarlo a las autoridades, sino a hacerlo público para iniciar así una campaña y sacar del “closet” la verdad de ese grave delito, dada su condición de periodista y ahora aspirante al Concejo de Bogotá. Advierte que su objetivo no es convertirse en política.
Ella se llama Martha Ordoñez, una mujer profesional, esposa, ama de casa y mamá, que por cuestiones de la vida, vivió esa experiencia al interior de su pequeña familia y que jamás pensó que le tocaría pasar por semejante situación. Nació en Barranquilla, de mamá cucuteña, papá cubano, padrastro payanés, se casó con un pastuso y sus dos hijos nacieron en Bogotá.
Su historia.
Su carrera en los medios la inició hace 17 años, cuando estudiaba Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Santiago de Cali, viviendo en el barrio Nueva Tequendama. Había llegado allá porque a su padre le habían hecho un traslado. Un día antes de devolverse a Cali a vivir con su abuela, durante una reunión familiar, conoció a César Simmons Pardo, un hombre que en esa época, años 80, fue un importante empresario y presentador de televisión y a quien se le debe mucho por sus aportes culturales y técnicos a la pantalla chica. En ese encuentro Simmons Pardo le preguntó a Martha por sus estudios.
Ella le comentó que estudiaba Derecho, a lo que él respondió diciéndole que no era para eso. “La verdad yo te veo a ti más como en los medios porque tienes un voz diferente, especial. Por qué no estudias algo que tenga que ver con comunicaciones, con producción, con locución o algo así”.
Ese comentario la dejó “picada” y terminó regresando a la ciudad de Bogotá, dejando a mitad de camino el Derecho y las Ciencias Políticas, pensando en retomar sus estudios en la Universidad Santo Tomás; pero finalmente le ganó el consejo de César Simmons y terminó estudiando producción de radio y televisión.
Así, empezó a trabajar con el periodista Edgar Artunduaga, quien también lo comentó sobre su voz especial y le recomendó hacer un curso de solfeo. Dio con un profesor experto y quien además le había dado clases a figuras importantes de la farándula comoMaría Cecilia Botero y Nelly Moreno.
Obviamente pasó las pruebas con éxito. Posteriormente hizo cursos de locución comercial y desde entonces se involucró en el tema de las comunicaciones, gracias a la oportunidad que le dio el periodista Artunduga en 1.989. Este no dudó en explotar su bella voz y la puso a leer noticias todas las mañanas en Radio Santafé. Allí, además se “codeó” entrevistando a grandes personajes de la política, la economía y la farándula nacional.
Sin embargo, Artunduaga le delegó las notas del espectáculo con la condición de tener diariamente un invitado a la cabina radial, a las siete de la mañana. Prueba difícil teniendo en cuenta que los artistas en general trasnochan y por ende no son madrugadores. Con algunos temores por la incomodidad de comenzar a meterse en la vida pública y privada de los actores y actrices coronó con éxito su primera invitada: ni más ni menos que la Diva y polémica Amparo Grisales. Le tocó rogarle, recogerla, llevarla, consentirla, hasta frutas le dio, pero lo consiguió.
Con esta primera gran experiencia quedaron demostradas dos cosas: una: que sabe de quien escuchar consejos; y dos: que las oportunidades y los retos hay que tomarlos. Por esto y por otras condiciones de talento siguió su ascenso profesional y personal hasta llegar a empresas como: RCN TV y Radio , Caracol Televisión, realizó y dirigió su primer programa de chismes que se llamó “Oh la, la», tuvo su empresa de Relaciones Públicas y eventos con la actriz y ahora Representante a la Cámara Lucero Cortes, trabajó con Yamid Amat y Viena Ruiz en el Noticiero CMI, al igual que en la emisora Radio Net, dirigió la sección de entretenimiento de Noticas Uno e hizo parte del equipo periodístico del programa La Luciérnaga, de Caracol Radio, haciendo las notas farándula.
Las vueltas que da la vida.
Después de ese exitoso recorrido profesional concluyó que ser periodista “es estar en la jugada, tener unas fuentes espectaculares, una agenda completa con esas fuentes”, lo cual confirma cuando dice que tiene más de dos mil números telefónicos de gente de todo el medio incluyendo internacionales. Lo cierto es que en esos 17 años no tuvo problemas con nadie.
Pero la vida da sus volteretas. Un 14 de febrero, día de los enamorados, se casó -después de un año de noviazgo- con muchas expectativas, por supuesto muy enamorada, y con ganas de crecer con un proyecto de vida con su pareja. De hecho, así lo planearon y tuvieron dos hijos (una niña de ocho años y un niño de seis), por cierto muy deseados, y preparándose psicológica y físicamente para que todo saliera bien.
“Como pareja –cuenta Martha- nos entendíamos muy bien. Como esposo y como socio de ese proyecto de vida, todo iba hacia donde tenía que marchar, cada día creciendo entendiéndonos y ajustando cosas que de pronto él tenía muy diferentes a las mías en cuanto a costumbres.”
La situación difícil viene después, cuando descubre que en el interior de su hogar algo estaba pasando y que por supuesto ella no podía permitir ni convertirse en cómplice de eso: el padre de su pequeña hija de tres años estaba abusando sexualmente de la niña. Naturalmente su sentimiento de mamá tenía que salir a flote protegiendo y respetando los derechos fundamentales de los niños y no dudó en denunciarlo.
Esta dura experiencia al interior de su núcleo familiar le abrió los ojos, y la llevó a iniciar una investigación sobre un tema que ocurre, infortunadamente, con mucha frecuencia en nuestro país y el mundo. Pero por esa vida tranquila que llevaba y por un poco de ingenuidad en ese y muchos otros temas, Martha no le prestaba mayor atención. No percibía que el problema fuera tan claro, tan importante y que afectara tanto a las víctimas.
Después es que empieza a hacer investigaciones sobre el maltrato infantil en general, específicamente sobre el abuso sexual de niños y niñas. Y vaya sorpresa. Descubre cifras y cosas que la aterran y la alarman. Esto la lleva a hacer una denuncia pública en elSenado, contando en un debate lo que estaba sucediendo sobre abuso sexual infantil, que, entre otras cosas, había sido organizado por la senadora Alexandra Moreno Piraquive.
El 27 de mayo del 2.002 descubre las primeras cifras, pero en noviembre 18 del 2.004, parada frente al Senado de la República, “saca del closet” el tema porque “a la gente le da pánico hablar de eso, porque es avergozante, porque hay miedo a que los revictimisen”.
Después de ese “destape” en el Congreso, realiza una marcha, en abril del 2005, desde la Fiscalía de delitos sexuales de Bogotá, por la carrera séptima hasta la Plaza de Bolívar. Ese día llovió pero la gente la acompaño en su causa. Había de todo: mamás de víctimas, víctimas, psiquiatras, psicológos y en general gente solidaria, que finalmente le respondió llenando la histórica plaza rechazando de plano el abuso sexual infantil.
Por una nota periodística que le habían hecho en la Revista Carrusel, la llaman deEditorial Norma con la intención de hacerle una propuesta para que escribiera un libro sobre la historia que había vivido en su hogar. “Yo les dije que no me le media hacer un libro sólo con la historia de lo que había pasado en mi casa. Yo lo que quería era ayudar con lo que había conocido de ese tema, buscando sensibilizar a la gente y que viera que eso no solo pasa en los estratos donde duermen siete personas en una cama, sino que sucede en todos los estratos, en todas las condiciones sociales, económicas, religiones… en todas partes”.
La empresa editorial aceptó la propuesta de la Periodista de escribir varias historias reales que le habían llegado sobre el abuso, para que dicha compañía escogiera cinco, incluyendo su propia historia, pero con la condición de que fuera asesorada por una psicóloga experta para que hicieran una especie de guía, en la cual se explicara cómo se detecta un abuso sexual, cómo son, cuántas clases de abuso existen, cómo son los abusadores, cómo se hace el tratamiento y en qué lugar se hace la denuncia. Así nace su libro La infancia rota.
Algo que llama la atención en esta valiente mujer, contrario a lo que se piensa de las heridas que deja una situación tan fuerte como la mencionada, es que en ella no hubo resentimientos hacia su ex esposo. “Jamás he tenido rabia, ni siquiera cuando descubrí el hecho, ni siquiera hablé con mi ex marido de esto con malos términos o con palabras fuertes. Lo que hice fue actuar protegiendo al más débil, creerles, ponerlos en tratamiento y listo”.
El libro ha tenido una excelente respuesta en países como: Puerto Rico, México, El Salvador, Guatemala, Estados Unidos, Panamá, Ecuador y Perú. En Colombia se han vendido alrededor de once mil ejemplares.
Una nueva experiencia, un nuevo objetivo.
Como mujer de retos grandes lo que viene ahora es pisar el terreno de la política sin grandes pretensiones de ser política. Lo hace ahora impulsada por el mismo objetivo social: seguir llamando la atención sobre el abuso sexual en los niños y niñas y los derechos fundamentales de los niños. Y la hace lanzándose como candidata al Concejo de Bogotá, con el aval del partido de la “U”.
“Yo en este momento soy una candidata atípica, porque no tengo sede política. Jamás soñé con llegar a esto. Lo que le estoy ofreciendo a la gente es un trabajo dentro del Concejo, por el que he venido trabajando hace cinco años, haciendo como una asesoría informal, con victimas y con madres de víctimas de abuso sexual infantil y lo que ofrezco es trabajar en el Concejo por los niños, hacer como una política infantil”.