Por: Hugo Artunduaga Salas
Con la desmovilización de las Farc, nuestras Fuerzas Militares, deben concentrar su labor en las zonas del accionar de esta guerrilla, para evitar que los facinerosos de otras organizaciones delictivas, se tomen esos espacios y continúen asesinando, secuestrando y sembrando no solo narco cultivos, sino terror y muerte.
La tarea del pos conflicto, tiene y debe ser integral: lo social de la mano del desarrollo, para tratar de cerrar la brecha, de tanta desigualdad en todas las esferas del acontecer nacional, con una Fuerza Pública, atenta, vigilante, en reprimir el delito en todos sus modalidades, desde el hurto callejero, hasta la extorsión, secuestro y asesinatos.
Para fortuna, contamos desde hace un buen tiempo, con soldados y policías, profesionales, formados con un buen nivel académico y militar, orgullo patrio, que nos dan confianza y plenas garantías de seguridad y orden. Ojo! “soldado avisado, no muere en guerra».
La fórmula disciplinaria, de la » zanahoria y el garrote», es válida. Apliquémosla!!!