Por: Gabriel Ortiz
Muchos meses tardaron en expedir las medidas que frenaran la desbocada del dólar y los graves perjuicios que ocasionaron a la economía y al empleo en Colombia.
Con unas sencillas disposiciones que cualquier primíparo de economía conoce, se habría evitado el desbarajuste que afrontamos, y que lesiona gravemente al Estado y a sus habitantes.
Con la simple intervención del mercado del dólar, que en un año pasó de 1.850 a 3.000 pesos, se habría frenado la divisa, sin necesidad de acudir al incremento de las tasas de interés y demás normas aplicadas. En esta columna se advirtieron los desastres que se nos vendrían encima, desde el momento en que se estimuló la devaluación acelerada.
Las autoridades monetarias, conocían la forma de intervenir el mercado, porque ya lo habían hecho cuando la revaluación del peso afectó a los exportadores. Pero no actuaron y permitieron que ciertos inversionistas se enriquecieran a costa del empobrecimiento de los colombianos de a pie.
Olvidaron que el encarecimiento de las materias primas, de los bienes y servicios, revientan los precios de los artículos de primera necesidad, generando una inflación desmedida que lesiona el crecimiento de la economía, hoy por debajo del 3%. El empleo fue golpeado, como ya lo reveló el Dane. El servicio de la deuda externa, creció y las reservas declinan.
No se aplicó la elemental medida y ahora todos soportamos el impacto, bueno no todos, porque aún hay gente celebrando las ingentes utilidades que obtuvieron con la desbocada del dólar.
Sería necio y temerario colegir que hubo algún trazo de descuido de personajes tan preparados y rectos, como los que conforman la Junta del Banco de la República. Trabajan sin presión alguna, dada la independencia que les dio la Constitución del 91. Pero algo muy poderoso los frenó y nos llevaron a semejante devaluación. El mal está hecho y será difícil una recuperación económica, tras esa omisión e inadvertencia. Ahora debemos soportar la inflación, el estancamiento, el dólar caro, los altos intereses, el desempleo, la reducción del crecimiento y demás secuelas, por no haber actuado a tiempo. Las medidas llegaron tarde. ¿Y quién pagará los platos rotos?
BLANCO: Excelente la decisión del Presidente Santos de no reunirse con Maduro. Sería prestarse para fortalecerlo electoralmente, porque la frontera seguirá igual.
NEGRO: La “contratitis” que ronda la Alcaldía Distrital, en vísperas de terminarse el mandato de Petro. ¡Ojo!
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