Máscara y garrote

Por:  Gabriel Ortiz

Gustavo Petro

Gustavo Petro

 

Nadie se explica la nueva alcaldada de Petro, ni qué hará con los 3 billones de pesos que tiene “anclados” en los bancos, figura que, según dicen, tiene sus beneficios económicos, no propiamente para el Distrito. A esto hay que sumarle lo que ahora recibirá por concepto del abultado Predial que cobra a los bogotanos, elevado sin explicación alguna y sin que haya doliente de estos empobrecidos habitantes de la “Bogotá In-humana”.

Después de tres años y pico, por fin inauguró unos jardincitos infantiles para niños entre cero y cinco años.

Los contrató por sumas non muy sanctas, los han construido a las carreras, a unos costos que, a simple vista no se parecen a la inversión.

Como todo lo de Petro, nadie da explicaciones sobre el particular, al fin y al cabo son albergues para niños de escasos recursos que no reclaman, ni protestan… y ya ni lloran, porque se les agotó el llanto.

La inventiva de Petro, nos hizo regresar a la antigüedad y eso que dizque estudió en Europa y ha recorrido varios países, hasta los Estados Unidos, a donde va cada que se le ocurre, con los dineros de nuestros impuestos, para esquivar la destitución que la gran mayoría de los capitalinos esperan.

Nos está vendiendo la idea de que en los jardines infantiles “modernos”, se construyen los baños sin puertas, para seguridad de los niños. Qué desfachatez: seguramente eso lo vio en la antigua Unión Soviética, pues los más avanzados jardines y colegios del mundo moderno, tienen puertas y hacen parte de la educación de los infantes, que aprenden pudor, recato y respeto por sus compañeros y semejantes.

Petro nos regresó a las épocas de “la máscara y el garrote”, que consistía en entregarle esos dos elementos a quienes querían hacer sus necesidades en campo abierto por carecer de baños cerrados. La máscara para que no los reconocieran y el garrote para espantar a las gallinas.

Esos son los avances de Petro y esa la forma de despilfarrar los impuestos que exprime a los habitantes de la Bogotá In-humana.

BLANCO: La eliminación de la Ley de Garantías. Nadie la respetaba.

NEGRO: Se acabó el pan de $200 y suben todos los alimentos. ¿Especulación, o dólar sin control?

gabrielortiz10@hotmail.com

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