Definitivamente Bogotá es una ciudad de malas. A demás de que una serie de hampones cuello blanco saquearon sus arcas, en niveles que nunca antes ocurrieron en la historia de nuestro país, y que estuvo a punto ser acabada por las tres peores administraciones que pueda llegar a tener ciudad alguna, ahora resulta que el presidente Nicolás Maduro, el mismo al que se le puede decir SOS Maburro, es bogotano. Así se desprende de una investigación minuciosa que hizo el diputado e historiador venezolano Walter Márquez. Después de ver la forma como este engendro de gobernante acaba a manotazo limpio con su país, no nos queda más que pedirle disculpas a nuestros vecinos venezolanos por tan negativo aporte a su nación, un país grande, inmenso soberano y rico que no merece esta clase de tipejos en su gobierno.
¡Señora ministra, por favor ministra renuncie!
A nuestra ministra del medio ambiente, el clima de los llanos la cogió, como se dice vulgarmente, con los pantalones en la mano. Señora ministra, si al país no lo acaban los políticos corruptos, los cambios climáticos y la negligencia suya si, pues mire usted cuantos especies y animales han muerto, frente a algo que se pudo prever y tomar las medidas necesarias. Con la tecnología y los avances de la ciencia, estos cambios de la naturaleza son predecibles, lo que falta son los correctivos para evitar un daño tan grande en la biodiversidad y en la economía de una zona tan rica Paz de Ariporo. Las imágenes captadas son verdaderamente desoladoras. Doctora, Luz Helena Sarmiento hay un verbo que poco le gusta a funcionarios como usted pero que es bueno pronunciarlo: ¡Renunciar! Más aún cuando al aplicar el principio de Peter, se demuestra que uno es incapaz de cumplir con sus funciones.