Los primeros turistas que ingresaron a la mina de Sal Zipaquirá, en calidad de curiosos, por decirlo de alguna manera, lo hicieron en 1923, cuando el administrador de las salinas don Juan De Dios Bravo les abrió las puertas con este fin. Desde la época de la Colonia este era un privilegio permitido solamente para personajes destacados.
La primera Catedral de sal fue inaugurada en 1954, y estaba sostenida por doce columnas gigantes de sal vijúa, cada una con una base de ochenta metros cuadrados. Tenía cuatro naves, la de la Historia, la del Pesebre, la del Bautisterio, la del Calvario y la de Nuestra Señora del Rosario de Guasa. Su altura estaba entre veinte y veinticuatro metros de altura y su longitud era similar a la de las catedrales de Paris o de Toledo, España. Después de su cierre, la actual catedral se inauguró en 1995 y para su construcción se removieron doscientas cincuenta mil toneladas de sal vijúa. En el complejo central tiene una cruz de diez y seis metros de alta, la cual se divisa fácilmente a ciento cuarenta y seis metros de distancia, dentro de la catedral.
Bogotá, está a dos mil seiscientos metros sobre el nivel del mar. Es la tercera capital más alta de Suramérica después de La Paz y Quito. Además de ser la Capital de Colombia fue declarada elevada a Distrito Capital por medio del Decreto ley 3640 del 17 de diciembre de 1954. El árbol insignia de la ciudad es el Caucho Sabanero.
El actual Palacio de Nariño, o Palacio de la Carrera como también es conocido, fue construido en el mismo sitio conde nació don Antonio Nariño, Precursor de la Independencia. Esta enorme y etérea construcción abarca un área de treinta y dos mil metros cuadrados y en su función de Palacio Presidencial remplazó el Palacio de San Carlos desde el cual gobernó el Libertador Simón Bolívar. Allí actualmente funciona la Cancillería.
El Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, fue fundado en 1653 por el Arzobispo Dominico Fray Cristóbal de Torres y el Colegio Mayor de San Bartolomé por Fray Bartolomé Lobo Guerrero en 1604, en estos dos claustros los jóvenes criollos de entonces cultivaron su intelecto.