Venezuela se fue por el desbarrancadero, y duele que aún país hermano, y grande, con todas las posibilidades de pertenecer al grupo de países elites del mundo, le ocurra esto. Venezuela lo tiene todo para triunfar: riqueza, cultura, iniciativa y hasta un poco de desfachatez en su conducta, cosa que por demás es agradable. ¿Quiénes son los culpables?…De hecho los cerdos que como en la novela La Rebelión en La granja de George Orwell, desterraron al señor Jones, -quien no era otro que la oligarquía corrupta que gobernó durante años-, y se tomaron el poder con el apoyo de los otros animales (votantes), que engañados, eligieron a los cerdos.
Una aclaración: cuando hablamos de otros animales, no nos referimos, con propósito de ofensa a los electores de ese país, ¡ni más faltaba! Pues como todo elector, son los artífices de la democracia, simplemente utilizamos la metáfora de la novela que pone en el poder a los cerdos e involucra dentro de la historia a los demás animales.
Los dos cerdos, de la novela de Orwell, llamados Napoleón y Snowball, -Chávez, y Maduro para esta comparación-, como en el caso de la novela, prometieron en campaña, leyes que favorecerían todos los animales de la granja una vez Jones se fuera, algunas de estas leyes fueron: Todos los animales son iguales. Ningún animal dormirá en una cama, ni beberá alcohol. De los animales será enemigo todo aquel que camine en dos patas, excepto que tenga alas y plumas. Ningún animal matará a otro animal.
Con la acumulación de poder que se da en la granja, según el escritor; Napoleón, muy astutamente, se apoya en los perros (los militares) y destierra a Snowball, -en el caso de Venezuela, la trama cambia un poco porque Chávez (snowall) muere, pero el hecho es que Napoleón (Maduro), asume el gobierno y empieza a cambiar las leyes a conveniencia de él, sus amigos y sus incondicionales “perros”. Entonces la ley ahora dice: ningún animal dormirá en una cama… con sabanas; ningún animal beberá alcohol…en exceso, ningún animal matara a otro animal…sin razón, y llega tal punto la desfachatez que Los cerdos, gobernantes de la granja y aliados de Napoleón, terminan utilizando ropas de humanos y aprendiendo a caminar en dos patas.
Varios vecinos encabezados por el señor Jones buscaron apoderarse de nuevo de la granja para que esta revolución animal no resultara un mal ejemplo para las demás granjas; pero los animales que los apoyaban porque aún creían en su revolución, guiados por los cerdos que aun podían manejar las mentiras, los repelieron. El epilogo es que ese gobierno de los cerdos, con el tiempo, por ser totalmente autoritario fue derrocado por los mismos animales que, al darse cuenta del error, se unieron y llamaron al señor Jones para que nuevamente gobernara en la granja .
Hasta ahí en mucho se perece la Venezuela de Chávez y Maduro a la magistral novela.
Pero en la “granja” de Venezuela falta mucho todavía, pues queda el tercer “cerdo”, que no existe en la novela, pero si en la vida real, y que tiene ganas de gobierno, porque es, además, el verdadero cerebro detrás de todo: Diosdado Cabello. De manera que resolver este proceso está muy demorado y doloroso para los venezolanos, sin pensar en las implicaciones para América Latina que no se ha empapado aún con esta crisis, pero sobre todo, para Colombia por: el intercambio comercial, por la vecindad y por la cantidad de colombianos que viven allí y que están siendo maltratados inmisericordemente.