Quedó demostrado, los campesinos, el sector más golpeado en este país a lo largo de muchos años, no necesitan reivindicaciones ni apoyos de la guerrilla. Nada tiene este grupo que pedir en favor de ellos. Es decir, no deben escudarse tras la reclamación de los derechos de los campesinos para negociar con el Gobierno, pues son ellos, los guerrilleros, quienes más los han golpeado con los secuestro, las masacres, el reclutamiento forzoso de sus hijos y el desalojo de sus tierras, atropellos que cumplen más de 50 años.
Demostraron los campesinos que se pueden defender solos cuando se organizan. En un abrir y cerrar de ojos pusieron al Gobierno contra la pared y lo obligaron a sentarse a negociar y a reconocerles unos derechos que por años y años les han arrebatado; y contaron con el apoyo de todo el País, que los respaldó sin condición alguna; pues Colombia sabe cuál es la situación de sus campesinos. De esos hombres y mujeres que día a día llenan nuestras canastas con frutos y legumbres frescas.
Doblegaron al Gobierno sin disparar un solo tiro, sin tomarse un pueblo con pipetas explosivas y sin cometer masacres, cosa que no ha podido la guerrilla con el sonido de los fusiles y miles de muertos en 60 años de supuesta “lucha armada por la justicia social”, pues sí se sentó a negociar en la Habana fue, sencillamente, porque estaba vencida.
¿Pero quienes viciaron el paro? Nadie distinto a los saboteadores e infiltrados que patrocina la guerrilla en busca de crear caos para fortalecer sus condiciones de negociación en Cuba. Fueron ellos quienes por poco lo echan a pique. ¡Qué ironía!, quienes los masacraron y vejaron sus vidas y derechos durante años, son quienes ahora buscan adueñarse de sus reclamaciones para justificar su accionar violento y mejorar su posición negociadora, ¡hipocresía revolucionaria!.. Algo así como el diablo vendiendo escapularios
Negocien ustedes guerrilleros en la Habana, protejan los intereses de sus comandantes, que solamente buscan reconocimiento político y no dejar de ser terratenientes a costa de los desplazamientos y la tierra rapada; y dejen a los campesinos solitos que ellos no necesitan su ayuda porque son verracos y el país los respalda.
Y si deben hacer más paros que los ¡hagan! pero sin permitir la infiltración de los violentos ¡Ningún otro paro es más justo! ¡Reclamen lo que les han quitado porque se los merecen! Ustedes han sido las víctimas de todas las injusticias y son los que nos dan de comer y surten nuestras mesas cada día.