Lo bueno, lo malo y lo feo de Petro en la Alcaldía

Si bien es cierto que el nuevo alcalde de Bogotá Gustavo Petro, fue prácticamente un enemigo declarado de Colombia, no solo por su militancia en el M19,- movimiento subversivo que cometió todo tipo de crímenes en nombre de de la democracia-, y porque además estuvo en Estados Unidos haciendo lobby para que ese país no aprobara el TLC con Colombia,  también lo es que en medio de la democracia que vivimos ganó la Alcaldía de Bogotá, el segundo puesto más importante del país, en franca lid  electoral. Sin embargo y ante la disyuntiva que se presenta desde varios puntos de vista podemos analizar lo ocurrido  el pasado 31 de octubre.

Lo Bueno:

-Que respetando y aceptando el triunfo de la izquierda, se fortaleció la democracia colombiana y demostró su grandeza ante el mundo, a pesar de los males que la quejan: corrupción, paramilitarismo, caciquismo político,  etcétera.

-Que frente a los dos partidos tradicionales quedó demostrado que la izquierda colombiana, a pesar de los errores que ha cometido tiene posibilidades y es una alternativa  vigente para el país.

-Que se impuso la voluntad popular y, en este orden de ideas, demostramos que somos un país capaz de cambiar su rumbo  a través del voto, que es en definitiva el mejor camino.

-Que con el triunfo de Petro  se envió un claro mensaje y se cerró aún más el espacio para las FARC, pues quedó demostrado que con las armas no se consigue ni siquiera la alcaldía de un pueblo y con el juego democrático se puede llegar lejos.

-Que haya ganado un hombre que siempre denunció la corrupción.

-Que Petro es un hombre inteligente, siempre ha sabido lo que tiene que hacer, y con su gestión puede demostrar que la izquierda colombiana antes que hambre burocrática, tiene sed democrática y vocación de servicio.

– El acierto de las encuetas que son una guía  confiables para el elector.

– La derrota de Uribe, no puede aspirar a ser más papista que el Papa, y a pesar de su buena gestión como Presidente, necesita replantear su actitud personal, al menos mientras el tiempo le da la razón.

–La actitud de Enrique Peñalosa frente a la candidatura de Gustavo Petro. Según lo confesó el mismo J.J Rendón, en una entrevista Caracol radio, en ningún momento, y aún a costa de perder las elecciones, como ocurrió, no permitió que se usara el juego sucio de la política o la publicidad negra como se llama ahora. Se limitó a jugar limpio y con altura, permitiendo que el elector escogiera sin coacción alguna.

Lo feo:

–Las dudas que genera el futuro de la ciudad

– El pasado del nuevo alcalde. Perteneció a un movimiento guerrillero que para imponer sus condiciones y escudándose en la búsqueda de una democracia plena, secuestro, mató, y cometió acciones de lesa humanidad como la toma del Palacio de Justicia. Además, su cercanía con Hugo Chávez, la cual no es clara y ha sido poco cuestionada.

– La campaña negra que se desato en dos oportunidades, -en las elecciones  anteriores y en estas-, contra Enrique Peñalosa un hombre con capacidad y visión para  modernizar una ciudad capital como Bogotá.

-Las aspiraciones y el ego político que Gustavo Petro mostró en el discurso de triunfo, pues dejó en claro que se preocupa más por  abrirse camino hacia la Presidencia que en ser un buen alcalde para la ciudad. Ninguna intención mostró para solucionar los principales problemas, seguridad, movilidad y brecha social.

-Que los burócratas de izquierda como  Jaime Dussan, más enamorados del poder y de sus beneficios,  que de otra cosa, acosen al nuevo Alcalde, para cobrarle los votos del Polo, pues no es un secreto que la gran votación de Gustavo Petro salió de ese partido, a pesar de la corrupción dejada por  su antecesor

Lo malo

-Que se haya votado por un programa gaseoso porque a lo largo de la campaña  Petro no mostró un  programa solido,  pues se basó más en una retórica verbal que conoce muy bien y que sabe cómo usar para manejar masas inconformes.

– Que se haya votado en contra de, y no a favor de, y esta práctica electoral debe desaparecer en nuestro país.

– La falta de fuerza y de claridad de Peñalosa, el mejor alcalde que a tenido Bogotá  y uno de los mejores urbanistas del mundo, para  defender los logros de su administración y para mostrar en su discurso la ciudad que podía proyectar para el futuro.

– La  inexperiencia como administrador de Gustavo Petro y además de esto,  la falta de un equipo de colaboradores que sepan cómo manejar una ciudad tan compleja como Bogotá. Ojalá elija a sus colaboradores por capacidad y no por compromiso.

La gran esperanza:

Que la izquierda se fortalezca para que la democracia tenga sus aristas completas. Qué en dos años no tengamos una ciudad quebrada y los  bogotanos replanteándose, con dolor, la forma como votaron.