Por: Rufino Acosta Rodriguez
Le han dado diversas explicaciones sobre la situación actual del delantero samario Radamel Falcao García, el tigre, en el acreditado Manchester United de Inglaterra. Después de idas y venidas, la mayoría de los expertos, incluidos los ingleses, parece coincidir en que algo anda mal y no es fácil encontrar una sola razón en particular, porque podrían ser varias, tal como veremos.
La primera que se sacó a flote fue la actitud negativa del técnico holandés Louis Van Gaal, a quien, por antecedentes, acusan de ser quisquilloso con las estrellas. Exjugadores como el brasileño Rivaldo aluden a ese punto. Es un estratega terco y de malas pulgas.
Resulta innegable: Van Gaal, con o sin intención, le creó un ambiente pesado a Falcao desde el comienzo. La idea de que no había quedado bien tras la lesión que lo privó del Mundial de Brasil 2014, se abrió camino y poco a poco tal actitud pudo haber contribuido a minar la confianza del jugador, todavía resentido y sin el mejor ritmo de competencia.
Pero Van Gaal no debe ser tomado como el único responsable de la suerte del cañonero. Tal vez confluyan diferentes causas del limbo en que entró Falcao. Por eso se dice que ya es tiempo de aceptar que en efecto le ha costado duro volver a la plenitud de su potencial, no se ha podido recuperar del todo y está distanciado de sus mejores días como cañonero de las grandes ligas. Ya lo comenta la prensa británica y en el mismo sentido se pronuncia la crítica nacional Camila Espinosa (diario El Tiempo, “El tigre no está como lo pintan”, 18-02-2015)
También hay quienes opinan que el sistema de juego del equipo pone a Falcao y a otros de los destacados valores que tiene como compañeros, en verdaderos aprietos para dar el rendimiento adecuado. Es un hombre de área. Ahí tiene su campo de acción ideal, y al alejarlo de esa zona pierde capacidad de maniobra y eficacia.
Para reforzar el argumento táctico se citan los casos del argentino Ángel Di María, quien sin pasar por las afugias de Falcao, está bastante lejos de sus buenos momentos con el Real Madrid. También entra en lista el incansable Wayne Rooney, ahora distante del gol por las tareas que le encomiendan. Ocho goles en 1847 minutos de acción no reflejan sus habituales condiciones en el campo de juego.
Si se trata de hacer más comparaciones, hay que hablar del holandés Robin Van Persie, el goleador de los diablos rojos con diez anotaciones en 23 partidos. Desde luego, se encuentra ´por encima de Falcao, quien lleva 4 en 16, pero, como bien lo precisa el colega Javier Hernández Bonett (Blu radio), tiene más del doble de minutos de juego que el ariete colombiano. Mientras Van Persie ha permanecido en cancha por espacio de 1903 minutos, Falcao apenas alcanza a 938. De manera que, en carta blanca, no es tanta la diferencia.
Para ser claros, me niego a creer que Falcao haya entrado en el declive de su carrera. Me parece que a los 29 años todavía le queda fuste para romper las redes. Sufre la laguna del gol que de vez en cuando afecta a los artilleros de raza y no se puede negar que atraviesa por un período gris, del que solo podrá salir con el apoyo de su gente y la determinación del carácter que lo ha distinguido como hombre de lucha. Acaso el renacer no pase por las toldas del Manchester United. Quizá su futuro se vislumbre en otra parte. Pero dónde fuere (y ojalá pudiera ser en el club inglés) estoy convencido de que será una realidad. La calidad y el olfato de un depredador del gol no se pierden así de fácil. Paciencia. El bache pasará al olvido. Y el tigre volverá a rugir.
Don Rufino, Estoy totalmente de acuerdo en que los supuestos argumentos técnicos- futbolísticos de Van Gaal no son la razón del bajo rendimiento de Falcao en el MU. Es el sistema de juego del equipo. Creo que ni el mismo Cristiano Ronaldo rendiría -si jugara en el MU- todo lo que puede dar con ese sistema de juego en el que los delanteros natos como el «Tigre» Falcao tienen que defender, buscar el balón de atrás hacia adelante, o simplemente esperar a que un «creador» de juego que tampoco lo hay, lo surta de pases al área. «El Tigre» se limita a esperar un pelotazo, o un error del contrario, aprovechar en algún momento su habilidad goleadora para convertir. Igual le pasa a Di María y Van Persen. Solo dependen de sus buenas cualidades individuales. No hay que darle más vueltas al asunto. Falcao es demasiado jugador para un sistema de juego tan nulo ofensivamente.