Por: Hugo Artunduga Salas
Aunque la “ropa sucia se lava en casa”, por qué no le ponemos orden y acción al acontecer diario.
Es innegable que nuestro país, desde que nació, está retrasado en todos sus órdenes, y este mundo globalizado, que nos atropella a gran velocidad, nos llama para que busquemos el ritmo, para poder marchar con regularidad en la realización de obras de infraestructura, especialmente la vial, de la que tanto adolecemos.
Como no tenemos planeación y nos hemos caracterizado por el inmediatismo, no concluimos con lo iniciado y estamos llenos de “sinfonías inconclusas”, veamos:
Como ya, repetidamente en esta columna hemos denunciado, la famosa autopista al Llano, ni va al Llano, ni es autopista. Hoy después de 30 años hemos soportado el trajín de transitar por esta arteria, obra fundamental para conectar el oriente con el occidente, los Llanos con el Océano Pacifico, no tenemos un centímetro de doble calzada, de la pomposa y publicitada autopista. Es innegable que se ven obras, o mejor trabajos en la vía, pero nada concluido.
Hace 20 años se viene también anunciando con bombos y platillos, la doble calzada Briceño –Tunja –Duitama – Sogamoso, y 6 años atrás el entonces ministro de transporte juró públicamente en un consejo comunitario en Villa de Leyva, que antes del 7 de agosto del 2010, el presidente de la época, Dr. Álvaro Uribe, inauguraría la obra, hoy estamos sin concluir ningún tramo.
Que no decir, del famoso túnel de la línea, inaugurado por el anterior gobierno, pero que si bien nos va, solo a finales de este cuatrienio lo podríamos transitar. De esto y más vivencias podríamos hablar, como la famosa autopista Al Sol o la doble calzada Bucaramanga – Cúcuta.
El diligente vicepresidente de la Republica, aunque no nos guste a muchos, es indudablemente un ejecutor, que se pone al frente de las obras y como tiene futuro político y su carácter es de acción permanente, se desespera al ver la paquidermia del Estado.
Una opinión, no con ánimo de consejo, sabemos que las proyectadas obras viales bautizadas 4G son ambiciosas y de mucho futuro, pero, por qué no terminamos lo ya iniciado? “Quien va piano, va sano, quien va sano, va lontano”