Por: Gilberto Castillo
Hollywood, es una máquina que fabrica sueño e ilusiones. Que con su magia crea mundos fantásticos e inimaginables, capaces de arrancar sonrisas, alegrías, temor esperanzas y decepciones. En este paraíso moderno, existen las más fastuosas mansiones y en ellas habitan los hombres y las mujeres más deseadas del planeta. Hollywood es un sueño dorado que, a expensas de quienes a diario vistamos los miles de salas de cine en el mundo, ha creado su propia realidad. ¿pero qué es en realidad Hollywood?… Un distrito de los Ángeles que desde 1911 se ha asociado con la industria del cine. En 1903, se convierte en municipio y en 1910 se integra a la gran ciudad, cuando sus concejales decidieron votar esta decisión con el único propósito de tener agua suficiente a través de la red de suministros de la ciudad.
La ambición Alba Edison culpable de la creación del paraíso Hollywood
Antes de esto, en 1857, se había fundado como poblado y su nombre Hollywood, es un poco caprichoso: provenía de un rancho en el que vivía la familia de un promotor inmobiliario llamado Harvey Henderson Wilcox. El rancho se llamaba Hollywood porque la esposa del promotor conocía a una familia cuya casa se llamaba así. La suerte de convertirse en la meca del cine, se la dio el señor Tomas Alba Edison, quien al parecer fue mejor comercializador que inventor. Dice la historia, que quien en realidad invento el Kinetoscopio, primera máquina para rodar películas, fue su ayudante William Kennedy, y que Edison, solamente lo impulso y comercializo.
El cine como industria de la entretención se catapulta cuando los hermanos Lumiere sacan el cinematógrafo y empiezan generar utilidades muy altas. Pero para no salirnos del tema, regresemos a Tomas Alba Edison y el monopolio que arma cuando se hace a la mayor cantidad de patentes de la tecnología que tienen que ver con la insipiente industria del cinematógrafo. Gracias a su habilidad comercial crea compañías que figuran como concesionarias de él, lo que inicia una verdadera guerra de patentes (1897). El punto insoportable de la situación llega cuando gracias a su influencia se crea la MotionPicturespatents Company que reunía bajo su nombre a las compañías cinematográficas más importantes de ese momento. Con todo este control en sus manos, Edison firmó con compañías fabricantes de cámaras y películas contratos de exclusividad para que solamente le vendieran a sus empresas los productos fabricados por ellos.
El monopolio, después de unos cuantos años de tiranía, llega a su fin cuando La Fox le gana un juicio a quien en ese momento era llamado el Faraon del séptimo arte. Esta victoria estimuló a muchos productores independientes, odiados por Edison, para emigrar a tierras donde no los alcanzaran sus tentáculos. Y es así como deciden ir al Oeste, no solo para poner suficiente tierra de por medio, sino para beneficiarse de las condiciones naturales de la zona, pues en los Ángeles el día era más largo, el sol más generoso y esto beneficiaba grandemente sus filmaciones por no tener que recurrir tan rápidamente a las técnicas incipientes de la iluminación.
Hollywood un aviso con mucho cartel
El primer estudio de producción se fundó en 1911 y durante ese mismo año 15 más se establecieron allí. De ahí para acá lo demás es historia de grandes producciones, de grandes cantidades de dólares invertidos en ellas, de múltiples sueño regados por todo el mundo, pero sobre todo de amores deseos y extravagancias.
Pero Hollywood, no sería Hollywood sin su cartel ubicado sobre la frente de la colina que domina el barrio de los sueños. No se instaló allí precisamente para ilustrar la fabrica de ilusiones, sino para promocionar una urbanización que se estaba construyendo en alguna parte cerca de la colina. Inicialmente se colocó, en el sitio donde esta como Hollywoodland. Cada una de las 13 letras iniciales tenía 15 metros de alto y 9 de ancho y estaban formadas por placas de metal de unos 3 metros cuadrados, sobre bases de madera. Las placas soportaban unas 4.000 bombillas de 20 vatios con unos 20 centímetros de espacio, que cada noche iluminaban el cartel por sesiones. Para aquel entonces el costo del proyecto fue de 21.000 dólares y los postes que sujetaban las letras fueron llevados a lomo de mula.
Nadie tenía la intención de que el cartel, inaugurado en junio de 1923, permaneciera en la colina por siempre, pero el desarrollo del cine y la vistosidad del mismo, hicieron que permaneciera como el gran símbolo que hoy conocemos.
Algo que no podrán olvidar los amantes de las anécdotas y de la historia del Séptimo Arte, es el suicidio de la actriz Peg Entwistle. Su cuerpo fue encontrado en un barranco bajo el cartel y todo hizo suponer que para cometerlo se lanzó desde lo alto de la letra H. Por una nota que se encontró en su bolso supo la policía que, después de tener unos papeles cortos en obras de Broadway, quiso probar suerte en Hollywood, pero el fracaso por no conseguir trabajo la llevó a tomar tal determinación. Irónicamente días después de su muerte, llego a casa de su tío, con quien vivía, una carta en la que le ofrecían el papel protagónico de una mujer que enloquecía y terminaba suicidándose.
Pero allí no terminarian las desgracias del famoso cartel. A comienzos de los años 40, su propio cuidador Albert Kothe, por estar ebrio y conduciendo, causó un accidente que afecta a la misma letra H. Él salió ileso, pero su automóvil quedó totalmente destruido. El sufijo LAND, fue retirado del cartel en 1949 para que representara a todo el distrito de HOLLYWOOD y no a la urbanización HOLLYWODLAND, y así quedo durante algunos años por decisión de la Cámara de Comercio de la localidad. Esta reforma le dio una nueva vida, pero la frágil estructura inicial siguió deteriorándose. Algunas letras se cayeron y finalmente gracias a los aportes de algunos voluntarios, entre quienes se dice estuvieron actores reconocidos, se restauró con un rediseño del artista del rock Alice Cooper y así, las nueva letras quedaron de 13.7 metros de alto por 9.5 de ancho. Oficialmente fue presentado como el nuevo aviso en 1978, cuando se conmemoró una año más del paraíso donde se fabrican los sueños de millones de seres humanos.