Por: Gabriel Ortiz
El plebiscito se ha convertido en un ovillo para legisladores, políticos, votantes, gremios; para Raimundo y todo el mundo. Pocos, muy pocos han entendido en que consiste y mucho menos aquello del umbral.
El umbral que se ha propuesto, es sobre el censo electoral, es decir, como si todos los colombianos acudieran a las urnas, pero sucede que la abstención es abrumadora. Durante las elecciones presidenciales del 2014, de un total de 33 millones de habilitados para votar, solo lo hicieron 14.7 millones, y 18.3 millones se abstuvieron. El umbral se calcula sobre los cedulados, no sobre los tradicionales electores. Si fuera sobre éstos, el 13 por ciento, solo llegaría a 1.918.325 votos.
El embrollo obedece a que amigos y enemigos de la paz, quieren ganar un plebiscito que la refrende y qué mejor que acudir, para bien, o para mal, al antidemocrático umbral.
Los primeros consideran que es apenas racional que con 4.3 millones de votos, se logre sacar adelante ese anhelo nacional, mientras los segundos –los uribistas- estiman, que se requiere una abstención activa que niegue la paz.
Analizando el plebiscito, con umbral o sin él, está repleto de garantías para amigos y enemigos de la paz, para quienes anhelan la reconciliación y para quienes quieren continuar en guerra.
Valdría la pena aprovechar esta oportunidad para eliminar de una vez por todas, el tal umbral, que lesiona seriamente la voluntad popular. Es un embeleco, un tamiz, que favorece a unos pocos y elimina a sectores que piensan diferente a los privilegiados que poseen partidos o movimientos muy mayoritarios. Las minorías políticas están vetadas, por cuenta de esa caprichosa talanquera.
Como la cosa será con umbral, debe evitarse que el plebiscito incluya “articulitos”, que violen nuestra constitución como en el 2004. Ya el general Jorge Mora, notificó a las Farc, que nunca se ha pensado en una Colombia fragmentada, con territorios a los cuales no puedan ingresar sus Fuerzas Armadas y mucho menos, disminuirlas o condicionarlas. Si quieren cambios que los propongan, pero desarmados y en paz.
BLANCO: Por fortuna se recupera el Vice Vargas Lleras. Heredó de su abuelo, el Presidente Carlos Lleras, de trabajar sin descanso por el bien del país.
NEGRO: La persecución y las amenazas de la policía, a Vicky Dávila y otros colegas, por las investigaciones que adelantan. ¿Y qué dice la cúpula de esa institución?
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