Por: Antonio Andraus Burgos
Una discusión de nunca acabar: adquirir en la agencia libre a los mejores peloteros con dólares en la mano o trabajar denodadamente en las divisiones menores para buscar nuevos prospectos y llevarlos a las Grandes Ligas: ¿Cuál de las dos opciones prefiere usted?
En cierta ocasión le preguntaron a Billy Martin, el famoso jugador de los Yanquis de Nueva York y controvertido estratega de la misma novena en varias ocasiones, cuál era el secreto del béisbol para que proyectara en grande el futuro de los equipos. Y él respondió, de manera tajante, como casi siempre lo hacía, de esta manera:
‘’Eso depende de lo que tu tengas. Bien una buena chequera para adquirir los servicios de los mejores peloteros, bien teniendo unas divisiones menores con todas las de la ley, para reclutar futuros prospectos’’.
Ni más ni menos eso es lo que se necesita en el béisbol. No había descubierto Billy Martin el agua tibia, ni tampoco que el agua mojara. Simplemente confirmaba que el béisbol, como una sana distracción que es, un espectáculo como muy poco ofrece diversión y competitividad, es un juego que necesita de esos dos puntos de apoyo para mirar hacia el futuro.
Algunos equipos prefieren fortalecer sus divisiones menores, para cosechar talento y calidad hacia el futuro, y otros, los dólares que se necesitan en los depósitos bancarios para conseguir la firma de los mejores jugadores que se puedan reclutar en el mercado.
Hoy más que nunca, la gran pregunta que todo el mundo se hace es esta: ¿Es mejor una chequera con muchos dólares en el banco para poder adquirir a los mejores o buscar talento en la contratación de nueva sangre beisbolera en las divisiones menores?
La era de la agencia libre
De ese tamaño es el marco del béisbol de las Grandes Ligas desde hace varias décadas. Y fue además confirmada una de esas premisas, cuando salió al mercado la competencia de adquirir a los mejores en la agencia libre, desde los años 70.
Esa nueva versión en la contratación de los peloteros para el Béisbol Organizado, la de la agencia libre, empezó cuando el sepia pelotero de los Cardenales de San Luis, Curt Flood, se negó a que fuese canjeado, demandando en 1970, la cláusula se reserva, con lo que se inició la denominada revolución social y económica del pelotero de las Grandes Ligas.
Y todo el mundo recuerda cuando los Yanquis de Nueva York consiguieron los servicios del inmortal Reggie Jackson, Mr. Octubre, en aquella negociación que dejó boquiabiertos a muchos dueños, y con cuya firma, la novena de los Mulos del Bronx ganó la Serie Mundial de 1977, con tres estacazos de circuito completo en el sexto Juego del Clásico de Otoño, frente a los Dodgers de Los Ángeles.
Reggie había salido de las canteras de los Atléticos de Charles O, Finley, en una época en donde fue furor la novena de Oakland, que venía de tener base en otras ciudades, como Filadelfia y Kansa City.
Y hablando de esas cosas, vale la pena resaltar que los tres ‘’bambinazos’’ de Reggie Jackson en ese sexto Juego de la Serie Mundial de 1977, efectuado el 18 de octubre, en el templo del béisbol de las mayores, el Yanqui Stadium, se produjeron contra los lanzadores Burt Hooton, Elías Sossa y Charlie Houg, el hombre que hacía estragos de verdad con los lanzamientos de su bola de nudillos.
Fue entonces cuando el contrato de dos millones novecientos mil dólares que firmó Reggie con los Yanquis, fue pagado con creces, y con una multitud de 56.407 espectadores que llenaba el parque de pelota, lo ungió como Mr.Octubre. No era para menos. Con esa victoria de 8 carreras por 4, los Yanquis superaron a los Dodgers y se alzaron con la corona de la Cita de Otoño en ese inolvidable sexto desafío.
Los dos formatos
No hay ventaja para ninguno de los formatos, entre los expertos, los críticos y los propios aficionados al béisbol de las Grandes Ligas. La balanza está en el punto de equilibrio, y mientras muchos sostienen que la chequera es valiosa cuando los seguidores del equipo se mantienen firmes en las buenas y en las malas, otros esgrimen como argumento que sacarle provecho a sus divisiones menores, es el plato auténtico para que en cada oportunidad que se presente, se vaya renovando las nóminas de las novenas.
Entre los equipos que adquieren cuando lo consideran necesarios, están los Yanquis de Nueva York, los Medias Rojas de Boston, los Azulejos de Toronto, los Angelinos de California y los Dodgers de Los Ángeles. Y en el grupo en donde surgen las nuevas figuras del Béisbol Organizado, están los Bravos de Atlanta, los Rayas de Tampa, los Atléticos de Oakland, y los Gigantes de San Francisco.
Empero, a la hora de la verdad, todos producen en sus divisiones inferiores algo cada año, y en otras ocasiones, todos adquieren uno que otro pelotero para reforzar sus nóminas, incluyendo a los clubes que trabajan incansablemente en procura de sacarles provecho a las nuevas generaciones que trabajan en las menores.
Un caso ejemplar, fue la fabulosa producción de los Yanquis en la década de los 90, cuando de su finca hubo una cosecha envidiada por muchos y admirada por otros tantos, cuando germinaron las semillas de Bernie Williams, Jorge Posada, Derek Jeter, Andy Pettite y Mariano Rivera, todos estelares de la tradicional divisa y figuras indiscutibles del béisbol de las Grandes Ligas.
Por eso, la discusión no va a tener una pronta finalización, dado que, desde cualquier punto de vista que se le mire, todos los equipos hacen la tarea en busca de nuevos prospectos en cualquier punto de la tierra en donde los encuentren, pero igualmente, cuando se cuenta con una chequera que dispone de suficientes dólares para adquirir figuras ya consagradas, las novenas hacen lo propio para conseguirlos.
Lo de este año
Todos los expertos lo saben; los técnicos jamás lo olvidan; los aficionados se dan cuenta de la situación pero en ocasiones, no lo quieren aceptar, como es el caso actualmente del futuro Salón de la Fama, Derek Jeter, el inolvidable torpedero de los Yanquis de Nueva York; pero los críticos y la prensa especializada, entienden que con el paso de los años, las nóminas se elevan en edad y sus integrantes, se vuelven viejos, por lo que más temprano que tarde, tiene que llegar la renovación.
Por eso se aprecia, y de muy buena manera, que los clubes en cada temporada, busquen los mecanismos para encontrar un promedio de edad entre los 27 y los 30 años, como el ideal en el grupo de sus integrantes, pensando en que todos sus jugadores, a menos que sufran lesiones irreparables que los obligue a abandonar el juego, pueden permanecer como mínimo en la Gran Carpa entre 6 y 8 años, en promedio.
En este 2015, la temporada ofrece detalles interesantes sobre el promedio de edad de las novenas participantes, especialmente proyectándose por lo menos a cinco años, con las plantillas que tienen en los actuales momentos; pero en otros casos, posiblemente la edad puede ser un punto débil a la hora de pensar en el inmediato futuro.
Para los analistas del béisbol, que tienen muy en cuenta estas estadísticas, los Bravos de Atlanta, se erigieron, el primer día de esta campaña, en el equipo con menor promedio de edad en las Grandes Ligas; los Rayas de Tampa, están escasamente en el punto intermedio del promedio que se dice, es el ideal; mientras que los Yanquis de Nueva York, ocupan el lugar con mayor promedio de edad en la nómina.
Los Bravos contabilizaron en promedio de edad 25.88 años, siguiéndoles los Astros de Houston, con promedio de 26.25 años, al darse la partida de esta campaña.
Los Rayas en el punto intermedio de los ideal, compilaron un promedio de 29.67 años, acompañados por los Cerveceros de Milwaukee, con 29.63 años de promedio. Los Yanquis en cambio, acumulan 32.33 años de promedio, escoltados por los Cardenales de San Luis, con 31 años.
Los cinco equipos con mejores promedio de edad, son:
Los Bravos de Atlanta, con 25.88.
Los Astros de Houston, con 26.25.
Los Reales de Kansas City, con 26.33.
Los Tigres de Detroit, con 26.89
Los Atléticos de Oakland, con 27.11.
Las cinco novenas con la mejor tabla intermedia, son:
Los Rayas de Tampa, con 29.67.
Los Cerveceros de Milwaukee, con 29.63.
Los Mellizos de Minnesota, con 29.56.
Los Angelinos de California, con 29.56.
Los Vigilantes de Texas, con 29.56.
Y los cinco últimos con mayor promedio de edad, son:
Los Medias Rojas de Boston, con 29.89.
Los Filis de Filadelfia, con 30.63.
Los Rockies de Colorado, con 30.88.
Los Cardenales de San Luis, con 31.00.
Los Yanquis de Nueva York, con 32.33.
Para ustedes, amables lectores, les dejamos la inquietud sobre sí es mejor tener una chequera con fondos suficientes para adquirir en la agencia libre a los peloteros consagrados, o trabajar más a fondo, en busca de nuevos prospectos para acondicionarlos y llevarlos a las Grandes Ligas.