Por: Verbienmagazin
“Ahora, cuando avanzamos para intentar cerrar el ciclo de violencia más largo de nuestra historia, Ariel Armel extendió su propuesta pedagógica a todo el país. Y logró lo que podríamos llamar un “milagro legislativo”, porque su iniciativa fue aprobada de manera unánime en el Congreso, y en un tiempo récord de dos meses y medio”, dijo el Presidente Juan Manuel Santos, cuando en compañía de la ministra de Educación, Gina Parody, el Presidente de la Confederación Colombiana de Consumidores, Ariel Armel Arenas, el Director de la Policía, General Rodolfo Palomino y otras personalidades, firmó el decreto que reglamenta a la Ley 1732 de 2015, correspondiente a la implementación de la Cátedra de la Paz en todos los establecimientos educativos de Colombia.
Entre otras cosas, el Presidente Juan Manuel Santos, durante el acto, dijo: “Ser el país mejor educado de América Latina, (como nos lo hemos propuesto en tan solo una década), significa también que seamos un país más pacífico y más tolerante.
“Hoy damos un paso adelante en ese propósito, con la firma del decreto que reglamenta la ley de la “Cátedra de la Paz”.
“La idea es que nuestros niños y jóvenes aprendan principios, valores básicos en asuntos como la reconciliación, la solución amigable de problemas y temas muy importantes como el respeto por los derechos humanos.
“Sea este el momento de hacer un justo rec
onocimiento al creador e impulsor de esta iniciativa: el adalid de los consumidores en Colombia, Ariel Armel.
“Ariel Armel (con esta Cátedra extendida a aulas de todo el país), convirtió lo que fue una iniciativa regional en un propósito nacional.
“Si las últimas generaciones han sido formadas en medio de la guerra… es hora de que las futuras generaciones aprendan de su país en paz.
“Si llevamos medio siglo acostumbrados a vivir en medio del conflicto, es hora de que la paz haga parte de nuestra vida cotidiana, empezando por nuestros salones de clase. La Catedra para la Paz llega a las aulas a ser un espacio que inculque de los valores de la reconciliación.
“Esa conversación debe servir para que nos oigamos sin descalificarnos y aprendamos a ponernos en los zapatos del otro, el primer paso para cualquier discusión civilizada.
“Hablando se puede” y nuestra sociedad debe pasar de la confrontación verbal a la conversación constructiva, algo en lo que pueden ayudarnos, sin duda, sobre todo nuestros maestros.
“Porque la paz no es solo un acto simbólico. La paz implica cambiar nuestros comportamientos, volver a trazar una línea de civilidad que desde hace décadas se torció. Y la paz exige paciencia, detenimiento, convencimiento.
“Si queremos la paz de verdad, tenemos que cambiar la cultura de venganza y retaliaciones por una cultura de diálogo, perdón y reconciliación. ¡Es la única manera!. Quitémonos la venda del odio para ver con amor al prójimo.¡Esa es la paz!”
La Cátedra de la Paz de Ariel Armel, nació hace 48 años
El Doctor Ariel Armel Arenas, por su parte, expresó: “Gracias, muchas gracias, Señor Presidente, por habernos convocado a su casa, la casa de los presidentes de Colombia, para tributar un emocionado homenaje a la paz, proclamando la ley 1732 de 2014 “por la cual se establece la Cátedra de la Paz en todas las instituciones educativas del país, con carácter obligatorio”.
“En 1967, el Señor General de División, José Joaquín Matallana Bermúdez, militar heróico y gran ciudadano, comandaba la VI Brigada y yo, por decisión generosa del Señor Presidente doctor Carlos Lleras Restrepo, era -para honra mía- el primer empleado de mi departamento.
“Fue entonces, por esa época cuando el General y yo fuimos compañeros de viaje en una peregrinación fascinante por varias escuelas de la comarca tolimense y dimos cumplimiento a un anhelo común: él relataba sus hazañas, que hoy forman parte de la leyenda, gestas gracias a las cuales derrotó en batallas memorables al grupo insurgente que mantenía secuestrada la paz en nuestra tierra, y yo, exponía ante los escolares y sus maestros, el tamaño de la tarea educativa que debíamos emprender para construir la paz y mantenerla. Ese hecho formidable transcurrió discretamente. y no tuvo anuncio, programa ni protocolo, porque el general, que en esos momentos lucía sus galones de coronel, era la persona más perseguida por la insurgencia pues constituía su mayor objetivo militar: así nació, en buena hora, la Cátedra de la Paz.
“Años más tarde, el Señor Presidente Belisario Betancur constituyó la Comisión de Paz y yo, que tuve el privilegio de ser uno de sus miembros manifestaba, ahincadamente, que a los jóvenes y a los mayores debía inculcárseles con vehemencia los postulados de la instrucción cívica y las reglas del buen comportamiento, dentro de la sociedad y la familia…el doctor Otto Morales Benítez fue su presidente y, hoy, con fervoroso aprecio rindo a su memoria un sentido homenaje de gratitud, de admiración y de respeto.
“Pasó el tiempo…y llegó el año de 1990, en el que la historia nos puso cita para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, con la función de diseñar la nueva Carta Fundamental de los colombianos y el doctor Alfonso Palacio Rudas mi mentor, hombre de extraordinarios atributos intelectuales y colombiano irrepetible, me invitó a participar con él, en el debate. Nuestro programa que fue todo un evangelio democrático, reposaba sobre cinco columnas vertebrales, las mismas que dan sustento a la Cátedra de la Paz: la igualdad, el respeto de los derechos, la participación ciudadana, la justicia social y, en grado superlativo, que la economía sea buena para todos.
“Y… siguieron corriendo los años…hasta que Usted, Señor Presidente, se convirtió en el nuevo estandarte de la paz. Y la Cátedra volvió a desplegar sus alas, justamente, para corresponder a sus desvelos de buscar la paz tan esquiva, que todos anhelamos con angustia y reclamamos con afán.
“La Cátedra ha corrido con suerte. Cuando la llevamos al Parlamento, en compañía de los honorables senadores Juan Lozano y Juan Mario Laserna y el honorable Representante Telésforo Pedraza y, luego, del honorable Senador Mauricio Lizcano, con la esperanza de convertirla en Ley de la República, sin vacilar un solo instante, tocamos a la puerta de voceros de las distintas ideologías, para pedirles que apoyaran la aprobación de la Ley. Y ellos, tocados por el espíritu patriótico de la Cátedra, así lo hicieron, por unanimidad, porque la paz, el bien colectivo por excelencia, es de todos. Y para todos.
“La Cátedra, ahora tiene como ángel protector a la Señora ministra de Educación, doctora Gina Parody, cuyo talante y ánimo resuelto para servir a la comunidad, le dan fuerza al compromiso superior que nos une. Y, ella, engalana nuestra causa.
“Sabemos, a plenitud, que una cosa es ponerle término, con la ayuda del altísimo, al doloroso conflicto que nubla nuestras tardes y entristece nuestros amaneceres, y, otra, es crear la cultura de la paz para que no vuelva la guerra. Ese, Señor presidente, es el colosal empeño de la Cátedra de la Paz.
“En el umbral de nuestra puerta, está inscrita esta hermosa oración”:
‘Donde hay fe
hay amor,
donde hay amor
hay paz,
donde hay paz
esta Dios
y, donde está Dios,
no falta nada’.
Cinco meses antes, el Presidente Santos había entregado la “Orden al Mérito Ariel Armel Arenas”, al industrial Aruro Calle. Que una condecoración otorgada por la Presidencia de la República lleve el nombre de un prohombre, vivo, es un hecho excepcional; podría decirse que un caso único. Lo que se acostumbra es honrar el nombre de los ciudadanos destacados, de manera póstuma.
El documento que instituye ese galardón, fue leído por el Presidente de la República: “Créase la Orden del mérito Ariel Armel Arenas, como reconocimiento a la notable contribución y aporte para la defensa de los derechos de los consumidores en Colombia”.
“El doctor Ariel Armel Arenas es considerado como el principal impulsor y protector de los derechos de los consumidores en el país, gracias a las diferentes actividades que ha desarrollado para su promoción desde el año 1967, con la creación de las primeras ligas del consumidor”.
El hecho real es que nadie en la historia del país ha promocionado, realizado, trabajado y construido tanto en la protección de los consumidores colombianos, (por más de 50 años), como Ariel Armel Arenas, presidente, creador, impulsador y desarrollador de la Confederación Colombiana de Consumidores, y del actual Estatutos del Consumidor, que vela los derechos de 49 millones de colombianos.
A través del Boletín del Consumidor, (el espacio diario de televisión con mayor audiencia en Colombia) pues se transmite dos veces por todos los canales que hay en el país, El Doctor Armel ha venido generando conciencia nacional sobre la necesidad de la Cátedra de la Paz, reglamentada y próxima a ser implementada