En pocas palabras y con un lenguaje sencillo, explicamos un conflicto milenario que desde las épocas de Abraham ha tenido al mundo con los pelos de punta.
Por: Gilberto Castillo
Para entender el problema entre Israel y Palestina, hay que empezar por decir que es esta una pelea milenaria entre una misma familia, pues los dos pueblos son medios hermanos ya que descienden de un mismo padre: Abraham, del cual descienden las Doce Tribus de Israel, y toda la Nación árabe por las ramas deIsmael.
La historia es simple, las antiguas leyes de la tierra de Canaán decían que cuando una mujer no podía darle descendencia a su marido, podía hacerlo a través de una de sus esclavas, y fue eso lo que ocurrió con Sara quien al ver que no podía darle un hijo a Abraham, para no ser repudiada, lo autorizó a procrear con Agar su esclava egipcia. De esta relación nació Ismael quien hizo feliz a su padre por tener un descendiente.
Pero se produjo el milagro y, a pesar de su avanzada edad, Sara quedó embarazada y nació Isaac, y fue aquí donde se armó Troya porque los celos entre las dos mujeres estallaron de tal manera que Abraham quedó metido entre los palos. Mientras la una le reclamaba herencia con base en la progenitura, la otra lo hacía con base en la legitimidad de su hijo por ser su esposa. Finalmente ganóSara, por lo que Agar e Ismael, muy a pesar del mismo Abraham, fue desterrada al desierto, en dirección a la Meca donde corrió múltiples peligros de muerte. Hasta aquí, la raíz del problema.
La primera aparición de Israel
La primera referencia que se tiene de Israel como tal, se remonta al año 1210 a C., a un relato épico del faraón Merenptah, hijo de Ramsés II. Con este nombre se designó a un grupo de gente que no estaba asociado a un sitio geográfico específico. Sin embargo el pueblo judío se ha seguido refiriendo a Israel como su patria, Tierra Santa o Tierra Prometida, pese a que los romanos una vez la invadieron empezaron a llamarla Palestina.
A partir de allí como no tenían tierra, su peregrinar fue por siempre. Incluso José, el adivino de los sueños del Faraón, una vez nombrado ministro de Egipto, al saber que sus hermanos, -los mismos que lo vendieron como esclavo a unos mercaderes-, venían por trigo a los graneros que él administra, apresa a Benjamín, el menor, y promete liberarlo cuando Jacob, su padre, venga a su presencia. Una vez se muestra Jacob como el hijo que nunca murió en las garras de una fiera, trae aEgipto a toda su gente para salvarla de la hambruna, pero al morir José, y no tener protector, los israelitas son esclavizados por los egipcios hasta cuando Moisés los saca en dirección a la Tierra Prometida.
Seguir paso a paso este proceso de reconquista sería engorroso y largo porque son muchos los caminos que conducen a Palestina o Canaán. El hecho es que varias tribus hebreas llegaron a orillas del rio Jordán, e identificándose como los hijos deJacob y nietos de Abraham, se unen, atraviesan el río y conquistan Jericó, hacia el año 1240 a.C. A partir de allí se extiende a regiones montañosas de Judea,Samaria y Galilea, conformando dos estados confederados: el Reino de Israel y elReino de Judá. Posteriormente, ante la continuas invasiones de asirios, babilonios, persas, macedonios y romanos, la presencia de judíos en Palestina, -como se empiezan a llamar por la tribu de Judá-, se ve disminuida.
Aparecen los hijos de Ismael
Una vez el gran imperio romano se divide, Palestina cae bajo el dominio de Bizanciohasta el año 630, cuando se produce la invasión árabe; a partir de allí se plantea una gran complejidad social y étnica en un mismo territorio. Esta compleja situación, en un comienzo, no tiene grandes conflictos, pero después se van acrecentando, sobre todo con la Primera Cruzada que busca arrojar a los árabes de esa zona, realizando grandes matanzas sin respetar la vida de judíos ni musulmanes. Posteriormente viene la conquista de Jerusalén por parte de Saladino, Sultán deEgipto y Siria, y luego el nuevo ataque de la Tercera cruzada que permitió la supervivencia del ya constituido reino de Jerusalén, sobre una estrecha franja de tierra próxima a la costa del Mar Mediterráneo.
Para entonces ya tenían vida y alma las diásporas, término con el que se denominan los grandes periodos de exilio que deben vivir los judíos fuera de su tierra. La primera se da cuando los romanos destruyen Jerusalén, y entonces por siglos todos añoran volver a su tierra prometida. Luego aparece lo contrario, que es el sionismo, un movimiento político que propugna desde sus comienzos por la creación de una patria para el pueblo judío y esta patria no puede estar en otro lugar distinto que el suelo de Palestina.
De alguna manera el gestor de este movimiento fue el rabino español Yehua Halevi, quien le hizo el primer llamamiento sólido a las judíos para que regresaran a Israel, llegando el mismo en su empeño hasta Sion donde muere. Después vienen otros sionistas, el español Nahmánides quien emigra a Israel con sus seguidores, manteniendo desde entonces una presencia constante de judíos especialmente enJerusalén. De allí saltamos al periodista Teodoro Herzl, quien a finales del siglo XIX, realiza un gran llamado para fomentar la migración hacia la Tierra Prometida. Su obra vendría a culminarla con la creación del estado de Israel por parte de laONU, en 1947.
Palestina, una torta que se parte para dos
A partir de las tesis y los llamados deHerzl, se dan las grandes migraciones y entre 1904 y 1914, más de cincuenta mil judíos llegan a Palestina, entre ellos judíos rusos que buscaban refugio después del fracaso de la revolución rusa de 1905. Fueron estos los encargados de fundar Degania, el primer Kibutz.
Para esta época, esta zona llamadaPalestina pertenecía al imperio Otomano, pero ante la derrota de este pasa a poder de los ingleses, quienes no pueden hacerle frente a los conflictos permanentes que se desatan entre judíos y palestinos, e incluso cristianos radicados allí desde tiempos atrás. Estos conflictos se presentan hasta por la venta de terrenos que los cristianos le hacían a los judíos en la parte de Jerusalén. Es entonces cuando surgen los primeros grupos de defensa de los mismos judíos y los grupos de ataque de los palestinos y viceversa. Los conflictos en Palestina cada día son más fuertes mientras que en otras partes del mundo, los judíos son perseguidos y encarcelados por múltiples razones, hasta llegar al Holocausto Nazi, donde el mundo es testigo del genocidio.
Para la época de la posguerra, el mundo está arrepentido de haber permitido tal matanza. Todos se dan golpes de pecho al ver lo que ha pasado con el pueblo judío. Los ingleses, incapaces de conciliar los conflictos entre árabes y judíos dentro de Palestina, ponen en manos de la ONU la búsqueda de una solución.
Para entonces David Ben Gurion, el gran heredero del sionismo, y quien ha venido realizando secretamente un movimiento a favor de una patria para los judíos regados por el mundo y atropellados, juega sus mejores cartas y con el apoyo sorpresivo de Andrei Gromiko, canciller de la Unión Soviética, logra que después de muchos debates e ires y venires, la Asamblea General reunida en Lake Placid, el 29 de noviembre de 1947, apruebe que el territorio de palestina sea dividió entre palestinos y judíos.
Pero aquí viene la parte actual del problema: los países árabes, muchos de los cuales acababan de tener su independencia, pues hasta poco tiempo antes eran colonias, se unen para luchar como sea y no permitir lo que consideraban un despropósito. En sus guerras armadas por invadir a Israel son derrotados, permitiendo que Israel incremente por lo menos en un 25% el territorio que le fue entregado por la ONU, con espacios como gaza y la península del Sinaí, que devolvería tiempo después, mediante un tratado.
Israel logra sus estruendosas victorias, porque al contrario de lo que se pensaba, desde comienzos de siglo, a pesar de no ser una nación consolidada, organizó un ejército poderoso. Obviamente los palestinos también luchan, con su mejor esfuerzo el 29 de noviembre de 1947, por sacarlos de allí, y se crean grupos como el Jamas y, entonces, todo esto tan antiguo y difícil, se convierte en un conflicto de jamás acabar.