Por: Gabriel Ortiz
Tajante, certero y convincente el Papa Francisco, a su paso por América, hizo un llamado a este continente y al mundo entero sobre el mal que nos aqueja, nos amenaza y nos lleva hacia la hecatombe y el sacrificio. Los conflictos que soporta esta humanidad, impiden el crecimiento, el desarrollo y la prosperidad para todos los habitantes y nos conducen a la desigualdad, el empobrecimiento y la miseria.
El Pontífice hizo una serie de reflexiones sobre las relaciones entre naciones, conglomerados, grupos económicos, políticos, sociales, tendencias y personas. Hoy todos se enfrentan hasta el sacrificio, buscando beneficios personales o para sus camarillas. Fue tal la preocupación del Papa, que lanzó al mundo entero esta reflexión: “Por favor paren esta industria de la muerte”.
Son muchos los líderes, los dirigentes económicos, políticos y sociales a quienes les interesa y de qué manera, la industria de la guerra, de esa guerra ojalá interminable. No solo están los fabricantes de armas, que son son los aliados de quienes manejan el desastre, la destrucción, el caos.
Los colombianos hemos marchado en esa dirección. Esta última vez por cincuenta años, durante los cuales se han hecho esfuerzos por acabar con la matanza, la destrucción, la ira, el odio, la codicia.
Las conversaciones de La Habana, tienen muchísimos amigos, y desde luego enemigos, porque los señores de la guerra, tienen otros intereses bien diferentes a aquellos que anhelan con esperanza sus compatriotas.
Poco faltó para que las Farc acabaran con todo, cuando se ensañaron contra nuestro pueblo en las regiones más olvidadas, abandonadas y alejadas de esta patria. Por un tiempo la gente, con toda razón, se sumió en una profunda desconfianza.
El Presidente Santos retomó su propósito y valerosamente empuñó las banderas de la paz, con las que enderezó los entuertos de las Farc.
Con la insignia blanca en sus manos, se alineó con el país que quiere menos balas, menos huérfanos, menos viudas, memos muertos. Y va limpiando el camino de aquellos que parecen desconocer qué es, una negociación, un camino, una dirección, un buen propósito. Y va logrando ese cometido. Los enemigos de la paz, empiezan a encontrar coincidencias con los amigos de un proceso, que podría “parar esta industria de la muerte.
BLANCO: Petróleo gas en el Caribe.
NEGRO: Alzas en pollo y huevos, por incremento del dólar. ¿No que no?
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