Estos muchachos merecen todos los elogios. Cualquier aplauso para ellos es corto. No sólo por lo que hicieron en el mundial, sino por lo que representan para el país gracias a lo alcanzado en Brasil: el quinto puesto entre las más encopetadas selecciones, el mejor gol, el botín de oro y el mejor jugador que sin duda fue James. Con sus logros le demostraron a 45 millones de colombianos que todo es posible cuando se trabaja en equipo y cuando se juega limpio, quizá, por eso, resultó muy importante el reconocimiento que al juego limpio le entregó la FIFA con el premio Fair Play. Y es que lo importante no es ganar, es hacerlo jugando limpio y con lealtad a los principios de la ética personal y colectiva. Ejemplo contrario el de la selección Brasil: quiso ganar su mundial respaldados por la mafia de la FIFA que al final no pudo sostener la mentira del fútbol brasilero; igualmente comprando árbitros y repartiendo patada a diestra y siniestra en el campo de juego.
Pero mientras la selección le juega limpio al país, otros equipos, si así se pueden llamar, le juegan sucio. Que tal el del carrusel de la justicia, donde “tú me nombras, yo te nombro, todos nos nombramos y todos ganamos sin importar que sea el país el que pierda”. ¡Que tal la de este Fiscal, mediático que tenemos! Solamente le importa su ego y su ambición personal. Después de haber sido asesor de Salucoop, resultó Fiscal General de la Nación, y para nada le inmuta que su antiguo jefe Carlos Gustavo Palacino, este en Miami escondiendo, a como de lugar, el dinero que le robó a los contribuyentes de la EPS. !Que tal como baraja los naipes para la elección del futuro Contralor General de la Republica¡: desde su despacho llamó personalmente a los magistrados encargados de elegir a uno u a otro candidato, para atar poder por partida doble: si no es con este, gano con aquel, pero no pierdo. Que pierda Colombia a costa de esta camarilla de corruptos. Y es que corrupción no es solamente vaciar las arcas del erario público, quizá peor, es la manguala para apoderarse de los puestos claves del Estado. ¡Y que tal las condenas a los ladrones del carrusel de la contratación en Bogotá!: 13 y 10 años para unos hampones que se lo robaron todo. Por todo lo anterior y mucho más, los ciudadanos debemos ponernos la camiseta de Colombia, lucir ese amarillo hermoso y digno trabajando en equipo para que estos tipejos no tengan oportunidad de elegir y ser elegidos.