Jackie Robinson y el 42
Por: Rufino Acosta Rodríguez
Acabo de ver como por quinta vez, y siempre deleitado, la película “42”, que recoge aspectos centrales de la vida de Jackie Robinson, el primer pelotero negro que jugó en el béisbol de las Grandes Ligas. Es interpretado magistralmente por el actor Chadwid Boseman, quien se mete en el uniforme y el alma del célebre beisbolista. Harrison Ford , en papel magistral, hace de Brand Rickey, el dirigente que se enfrentó al violento racismo imperante en esa época (1945).
Robinson tuvo que luchar contra una feroz segregación racial, fie insultado, golpeado por los lanzadores rivales, pisoteado físicamente y objeto de las peores burlas antes de lograr su objetivo de hacer historia como beisbolista. Su decisión de jugar béisbol lo mantuvo incólume ante la oleada adversa.
Era un verdadero espectáculo sobre las bases. Por su velocidad, podría compararse hoy con el jamaiquino Usain Bolt a la hora de atacar el cronómetro. Se salía de la almohadilla, danzaba y se movía tanto que sacaba de quicio a los lanzadores. Su proeza cumbre la realizó en la Serie Mundial de 1955, cuando le robó el plato nada menos que a los Yanquis de Nueva York, para piedra del también inmortal Yogi Berra. Era el terror de los serpentineros cuando estaba en circulación.
En aquella célebre cita de octubre, los Dodgers, que todavía eran de Brooklyn, tenían un equipo de ensueño, en el que además de Robinson, estaban, entre otros, Pee Wee Reese, Duke Snider, Roy Campanella ,Sandy Amorós, Don Newcombe (primer lanzador negro que llegó a 20 victorias) y Gil Hodges. Por ahí ya se asomaba también don Sandy Koufax, monstruo del montículo. Los temibles “mulos de Manhattan” no se quedaban atrás con valores de la talla de Mickey Mantle, Yogi Berra, Phil Rizzuto y Whitey Ford, bajo la dirección del genial Casey Stengel.
El de 1955 fue el único anillo otoñal de Jackie Robinson, pero estuvo en seis series mundiales durante las diez temporadas con los Dodgers y seis juegos de estrellas. Su promedio de por vida lo dejó en 311. Fue elevado al Salón de la Fama en 1962, seis después de haberse retirado. Había comenzado carrera oficial el 15 de abril de 1945. Nació en Georgia, el 31 de enero de 1919, y murió, enfermo de diabetes y casi ciego, en Stanford, Connecticut, el 24 de octubre de 1972.
El número 42 fue retirado en 1997, después de una serie de homenajes, y todos los años, en el mes de abril, se recuerdan las proezas de Robinson sobre los diamantes de los Estados Unidos. Dicen que Jackie no era el mejor beisbolista negro cuando fue reclutado para las mayores. Bola o no, le tocó la varita y pasó a la historia. La película “42” se lleva la cerca.