Y eso está por verse, pues es una funcionaria que en calidad de Secretaria General, hizo parte del equipo del alcalde Samuel Moreno Rojas, y en esta situación, y por el alto cargo que ocupaba, resulta imposible que no hubiera sospechado de los niveles de corrupción que manejaba la administración en la que ella era la segunda a bordo en importancia. Además está casada con el ex concejal Carlos Romero un político de izquierda que durante muchos años, desde su curul, manejó la burocracia de la ciudad y, como cualquier otro edil, negociaba y repartía puestos a diestra y siniestra. Ahora sus decisiones oscilan en dos extremos: poner en claro las cosas que verdaderamente ocurrieron con Samuel, o administrar la ciudad buscando proteger la integridad del Polo Democrático, su partido, para que este no se venga a pique electoralmente. Hay que decir que es una mujer capaz, preparada y que conoce muy bien la maquinaria administrativa de la ciudad lo que le permitiría, si ella lo decide, realizar una labor plausible.