Por: Germán Matamoros G.
No es la primera vez que temas tan candentes como el narcotráfico, el secuestro, la corrupción política, los asesinatos, las masacres, los chantajes, el pago de sicarios, la prostitución a través de las denominadas “modelos prepago” y las amenazas a los periodistas que denuncian hechos corruptos, son llevados a la pantalla chica. Y no es la primera vez en los últimos meses que el Canal Caracol se la juega con esos temas.
Hace pocos meses presentó en horario estelar series como “Sin tetas no hay paraíso”, en la que se mostró de manera cruda la realidad que viven las jóvenes que se prostituyen en su afán de mejorar su estética sometiéndose a peligrosas cirugías.
De igual manera se emitió “Criminal”, protagonizada por el gran actor Robinsón Díaz, quien interpretó a un taxista, que de la noche a la mañana se convierte en un “matón” tras el propósito de convertirse en un héroe justiciero.
Ahora, el Canal Caracol decidió retratar otra realidad colombiana, y por que no, mundial, al destacar la labor de los periodistas que arriesgan sus vidas por destapar realidades solapadas, por denunciar, en la serie “El Ventilador”, de la cual es protagonista el no menos destacado actor Marlon Moreno, en el papel del periodista Julián Aldana.
Es una realidad vigente
Como el tema ha sido y es de fuertes debates, en los que a menudo se habla de censura a la prensa en general y al mismo reportero, verbienmagazin.com, quiso transcribir la opinión de algunos periodistas que de una u otra manera se sienten tocados por la realidad que se muestra en la teleserie, y recoger además sus opiniones con respecto a si se debe no mostrar esa radiografía colombiana a través de un dramatizado.
Vale decir que algunos fueron invitados por el Canal para ver en exclusiva el primer capítulo de “El Ventilador”, que se estrenó el pasado 19 de febrero. Para el periodista y escritor Germán Castro Caicedo, resultó “interesante porque tiene mucha vigencia y además está bien actuada”.
Martha Elvira Soto, directora de la Unidad Investigativa del periódico El Tiempo, opina que la producción “se compromete con la realidad del país”.
“Para los televidentes es una manera recreada de tratar la realidad como la corrupción y el narcotráfico”, dice Norbey Quevedo, editor de la Unidad Investigativa del semanario El Espectador.
A su vez, Edgar Téllez, jefe de redacción de la revista Cambio considera que “en esas historias que muestran una parte de la realidad, en medio de todo hay una reflexión acerca de nosotros mismos y nuestra condición”.
Diego Canal, productor ejecutivo de Noticias del Canal 8 del Sur de La Florida, y quien en la década de los 80 lidió con las intimidades del Cartel de Cali, comentó: “Los medios han asumido un papel fiscalizador en la sociedad y en esa tarea se han dado cuenta que muchas de las cosas que se muestran en miniseries como “Sin tetas no hay paraíso” no son exageraciones sino que hacen parte de la realidad de lo absurdo”.
La percepción de la realidad y la ficción.
Para el periodista Hollman Morris es valido “aplaudir el esfuerzo que ha hecho la televisión al meterse con estos temas, ya que son un reflejo de la realidad y eso no lo podemos esconder”. Sin embargo, más allá de una simple opinión de la producción, la percepción de Morris va un poco más lejos, pues de hecho es uno de los periodistas colombianos que ha sido amenazado y por lo mismo ha pasado por la amarga experiencia de vivir en el exilio.
“Comparto la idea de que este sea el año de la verdad y el año en el que los periodistas podamos concluir nuestras investigaciones para así acercarnos a una mejor realidad”, concluye Morris, quien sigue en su labor periodística a través de su programa de TV “Contravía”.
Por otra parte, Ignacio Gómez (actual reportero del informativo semanal Noticias Uno), es otro de los infortunados comunicadores que ha estado en la mira de las amenazas. Su extraordinario olfato periodístico ha sido enaltecido con varios premios de periodismo Simón Bolívar por sus excelentes crónicas investigativas.
Gómez piensa que la serie muestra “un mundo fashion que está alejado de la realidad del periodismo. Un estudio realizado el año pasado muestra que más del 50 por ciento de los periodistas colombianos gana menos del salario mínimo; pero por experiencia sé que muchos viven en el sur de Bogotá, tienen carros de modelos de hace más de diez años y no tienen la capacidad económica para vivir el mundo de restaurantes finos y ropa costosa, que han mostrado los clips de la serie que he visto”.
Si en su manos estuviera Gómez dice que le pondría más realidad a la producción y agrega: “Si el argumento es dramático, la realidad es mucho más; resulta que los periodistas, sobretodo en las provincias, arriesgan su vida casi todos los días, sin que en compensación reciban salarios dignos. Y además de la presión de los grupos armados y de los militares y policías, también le pondría las presiones de los políticos y grupos económicos sobre la cabeza de los periodistas”.
En cuanto al aporte de la televisión con “El Ventilador” en estos tiempos de incertidumbre, desconfianza y miedos en nuestro país afirma: “Es estimulante saber que hay gente que todavía se imagina el periodismo como en los libros de texto…”
Marlon en el listado de los amenazados
Antes de saber que iba a ser protagonista de un dramatizado de televisión en el que se irían a plantear preocupantes hechos de la vida nacional, la percepción de Marlon Moreno, era de cierta indiferencia, ya que como suele suceder con muchos colombianos, poco o nada le importaba hasta que no lo tocara de alguna manera.
Metido en su papel del periodista Julián Aldana (hijo de un ilustre senador) en la serie “El Ventilador, su pensamiento al respecto ha cambiado: “Ahora siento admiración por esas personas por la forma como han asumido su vida. A pesar de las circunstancias enfrentan sus miedos y siguen adelante”.
Para la caracterización del periodista Aldana el actor no tuvo tiempo de asesorarse. Simplemente asumió el personaje como el periodista que le hubiera gustado ser si hubiera sido periodista. Caracol lo llamó para hacer parte del proyecto el 27 de diciembre del 2006 y el 6 de enero del 2007 ya estaba grabando. No hubo espacio para apoyarse en algún comunicador y del tema en si.
Tan sólo la creación de su personaje se limitó a un trabajo colectivo con el director Daniel Bautista, en el que se buscaba darle tonalidad y expresión corporal. En cuanto a su aporte al personaje, dice que éste tiene una tara en la pronunciación de la letra P y la R que al pronunciarlas, lo que quiere transmitir es temor.
Para Marlon es imposible no estar enterado de lo que pasa en el país con la corrupción, el secuestro, las masacres, el sicariato y sobre todo de las amenazas a los periodistas. “Es inevitable. Tú entras a Internet, abres una revista, miras el periódico…y todos tienen que ver con el tema. Son noticias agobiantes”, dice el actor.
De niño, según recuerda, admiraba al periodista Javier Darío Restrepo, cuando éste trabaja en el Noticiero 24 Horas. También siente gran respeto por Germán Castro Caicedo, Jorge Enrique Botero y Manuel Teodoro, todos igualmente acuciosos, investigativos y amenazados. Nunca se llegó a imaginar que él iría a ser parte de ese listado de reporteros sentenciados por las mafias, así sea en la ficción de una teleserie como “El Ventilador”.
Lo cierto es que está convencido, ahora que vive esa realidad de alguna manera, que no sólo los colombianos sino todos los seres humanos deben tomar conciencia de ese tipo de noticias que se presentan a diario.
Sobre sus propios miedos manifiesta: “Creo que hay muchos temores a medida que pasan los años. Le temo a las enfermedades, a quedar lisiado, a las alturas, no le hago un deporte extremo ni loco…hay miedo a vivir, pero siento que los voy superando”.