El país del norte mejora

Con un ambicioso presupuesto para 2011, Estados Unidos muestra una mejora en la economía interna. En contra del sindicato de camioneros, el corredor ferroviario de alta velocidad será la base para la creación de nuevos empleos.

Por Rodolfo Rodríguez / Corresponsal en Estados Unidos

El presidente Obama espera que construir nuevos ferrocarriles ayude a combatir la crisis.

El presidente Obama espera que construir nuevos ferrocarriles ayude a combatir la crisis.

En su ‘Discurso a la Unión’, el presidente Barack Obama defendió un tema que por muchos años ha sido un tabú y lo sacó a la luz con mucha autoridad. Ese tema es el desarrollo del transporte ferroviario, algo que se mantuvo engavetado por muchos años.

Cuando se diseñó el plano de vías férreas por toda la nación en el comienzo de la vida republicana en este país, muchas personas murieron: unas por evitar la construcción de esos corredores que invadían sus propiedades, y otras defendiéndolos de los indígenas que tomaron esto como una intromisión en su terreno sagrado. En la era moderna, un poderoso sindicato (Union) de camioneros –que tenia control del transporte de carga a nivel nacional– siempre se opuso a la modernización de este transporte.

Ahora Obama defiende este proyecto y abre un camino expedito para la construcción de vías rápidas para el ferrocarril. La Casa Blanca va a seguir apostando por facilitar nuevas inversiones públicas en infraestructura que fomenten la creación de empleo con iniciativas como una primera partida de 8.000 millones de dólares para financiar la construcción de trece corredores ferroviarios de alta velocidad. Un sector del transporte público que en los Estados Unidos presenta un evidente retraso en comparación a otros países industrializados.

El presidente insistió en su negativa a aceptar «un segundo puesto para Estados Unidos». A su juicio, «no hay ninguna razón para que Europa, Japón o China deban tener los trenes más rápidos o las nuevas factorías para ensamblar productos de energía limpia». Según Obama, «en esta nueva década es hora que los estadounidenses tengan un gobierno mejor que el de ellos».

La presencia de los Estados Unidos en Afganistán ya no será solo militar. Ahora habrá programas de asistencia humanitaria.

La presencia de los Estados Unidos en Afganistán ya no será solo militar. Ahora habrá programas de asistencia humanitaria.

El nuevo presupuesto del 2011

Cuando el presidente Obama esbozó sus prioridades presupuestarias para el año fiscal 2011 que comienza en octubre, destacó la importancia de preocupaciones internas como la creación de empleo, pero también dijo que no habría recortes en los programas de seguridad nacional. La solicitud presupuestaria de 52.800 millones de dólares del Departamento de Estado, develada el 12 de febrero pasado, refleja un aumento de 4.600 millones de dólares desde los niveles del año fiscal 2010, con un énfasis en programas que se llevan a cabo actualmente en Afganistán, Pakistán e Iraq, así como en programas mundiales de desarrollo que proporcionan asistencia humanitaria, de salud y económica en todo el mundo.

En una solicitud presupuestaria del mismo 12 de febrero presentada al Congreso de Estados Unidos, la secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, dijo que la solicitud total “se divide en 16.400 millones de dólares para operaciones del Departamento de Estado y 36.400 millones de dólares para asistencia al exterior”.

El presupuesto total solicitado por la administración Obama para el año fiscal 2011 refleja los gastos en economía interna, operaciones de defensa y todos los otros programas, incluyendo el Departamento de Estado, alcanza a un poco más de 3,8 billones de dólares.

Para el Departamento de Estado, “la mayoría del incremento que proponemos está dedicado a los asuntos críticos de primer orden de Iraq, Afganistán y Pakistán, que exigen atención importante y costosa”, dijo Clinton.

En Iraq, la misión estadounidense está pasando de ser un esfuerzo militar dirigido por el Departamento de Defensa, a ser un programa dirigido por civiles y supervisado por el Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), explicó la funcionaria. Así mismo, Afganistán y Pakistán experimentan también un aumento en el personal civil. Respecto a los tres países, Clinton solicitó que el presupuesto financie el fortalecimiento de las instituciones democráticas y del estado de derecho, así como proyectos de desarrollo e infraestructura. Estas actividades, junto con la mejora de la calidad de vida, también están concebidas para combatir la desesperanza que lleva al extremismo violento.

Hillary Clinton, secretaria de Estado de USA.

Hillary Clinton, secretaria de Estado de USA.

La pobreza y la salud

La segunda partida de prioridades del Departamento de Estado es para afrontar problemas mundiales como los desastres, la pobreza, las enfermedades y los efectos del cambio climático.

Clinton aclaró que la solicitud presupuestaria del Departamento de Estado “no incluye los fondos adicionales que serán necesarios para tratar el devastador impacto del terremoto en Haití”, cuyas necesidades a largo plazo todavía se están evaluando.
Clinton propuso inversiones dirigidas a la seguridad alimentaria y a la promoción de la democracia y la salud, incluyendo una ampliación de la iniciativa del presidente para la salud mundial que atienda desafíos como el VIH-SIDA, la malaria, la salud materna e infantil y la tuberculosis.

Más que entregar servicios de ayuda exclusivamente propios, Estados Unidos “continuará ayudando a los países a crear su propia capacidad de proporcionar servicios por medio de instituciones fuertes, transparentes y que rindan cuentas”, según aseveró Clinton.

La capacitación de la mujer está en el centro de estos esfuerzos, añadió. “La mujer es fundamental para el avance del progreso social, económico y político”, dijo. También se produce una inmensa recuperación de la inversión: numerosos estudios han demostrado que cuando las mujeres reciben formación o el impulso de un pequeño préstamo, se superan, y sus hijos y sus comunidades en general también lo hacen.

El secretario de Estado adjunto, Jacob Lew, dijo a la prensa el 13 de febrero que, en general, el presupuesto propuesto continúa siendo el mismo en muchas partidas y que algunas han experimentado reducciones.

“La realidad es que la financiación de los gastos internacionales ha sido tan insuficiente por tanto tiempo, que mantener la línea existente es en sí mismo… algo difícil de hacer. Creo que desde nuestra perspectiva esta es la verdadera cuestión, hemos establecido los aumentos de la inversión en aspectos muy estratégicos”, dijo.

Junto con los aumentos para Iraq, Afganistán y Pakistán, afirmó el funcionario, “hemos puesto como objetivos iniciativas que consideramos clave para restaurar el papel de Estados Unidos en el mundo y que podamos desempeñar el tipo de papel de liderazgo constructivo que el presidente ha articulado, y reconstruir nuestra capacidad esencial”.

Jacob Lew, secretario de Estado adjunto.

Jacob Lew, secretario de Estado adjunto.

Lucha contra narcotráfico

Donde ha habido reducciones, como en las operaciones antinarcóticos como la ‘Iniciativa de Mérida’ en México y América Central, así como en el Plan Colombia, que ayuda a este país a luchar contra el narcotráfico y promover el desarrollo, “la razón principal del recorte de las cifras es que las cosas han mejorado”, dijo Lew.
Ambos programas, explicó, han superado la etapa en que hacía falta más financiación para comprar equipos pesados.

“Acabamos de completar la compra de helicópteros en México. Ya se han pagado todos los helicópteros y se están entregando. Ahora pasamos a una etapa distinta del programa. ‘Mérida II’ es un programa diseñado en función de lo que la gente hace, y no de lo que utilizan para realizar su trabajo”, dijo. “En el Plan Colombia estamos en una etapa similar”.

Lew dijo que el incremento presupuestario que se ha propuesto para la iniciativa de salud mundial ayudará a poner en contacto a varios programas de salud estadounidenses, como el Plan de Emergencia para el Alivio del SIDA (PEPFAR), la cobertura de salud materno-infantil y la prevención y el tratamiento de malaria. “La meta es crear una infraestructura de atención de la salud que sea sostenible”, según Lew.

“Nos estamos centrando en conectar los programas, para que si una mujer acude a una clínica que existe porque hay fondos de PEPFAR, también se le pueda proporcionar atención materna y cuidados para un niño recién nacido”, explicó. Si existe mayor capacitación del personal e instalaciones de salud que puedan utilizarse para propósitos múltiples, Lew proyectó que se pueden evitar alrededor de 300.000 muertes relacionadas con el embarazo y tres millones de muertes infantiles.

“Esta es una forma diferente de trabajar. Vemos esto como algo que va a extender la capacidad de nuestra asistencia federal para salvar vidas y reducir enfermedades, así como para dejar en su lugar un sistema mucho más estable”, finalizó Lew.

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