“El clima ya está en fase irreversible”: Emmanuel Le Roy

Por Jacques Cortie

C:¿Por qué se interesó en estudiar el clima?

Las vendimias: recolección o cosecha de las uvas de vino

Las vendimias: recolección o cosecha de las uvas de vino

E.L.R: “Soy hijo de un agricultor. En Normandía (al norte de Francia, puerto sobre La Mancha, N del T), cuando vivíamos,  no existían las técnicas suficientes  para recoger el vino.  Y había épocas  en que las cosechas no se podían recoger rápidamente.  Y no había de otra: de cada dos años, uno llovía y ello afectaba mucho las cosas. Así, empecé a interesarme en el clima, comenzando por la historia rural.  Y descubrí los informes que había hecho Fernand Braudel, el primero que habló de la situación  de los glaciares alpinos. Y en 1955, encontré dos artículos: uno que hablaba de las vendimias, y el otro era un estudio sobre  el crecimiento de los árboles.  Y me dije que esos dos temas estaban relacionados con el clima”.

J.C: ¿Por qué inició su trabajo  sobre la historia humana y comparada del clima, en el siglo XIV?

E.LR. “Es lo más lejos  que se puede llegar  para conocer  cómo  se recogían  las cosechas. Se tienen  datos precisos desde 1370 hasta nuestros días. Mezclando esos estudios, junto con el estudio de los aros de los árboles, se obtienen indicaciones  precisas del clima. También se utilizan  todos los datos obtenidos después de las crisis alimentarias que ayudan a explicar o a entender los cambios”.

J.C.: Así ha podido establecer  que el clima siempre  ha estado en ebullición…

E.LR.: “Siempre ha habido grandes variaciones, gracias a factores muy diferentes: el sol,  que puede enfriar o recalentar según ciertas épocas; los volcanes como el Tambora, que con su erupción de 1815 ayudó a enfriar  la atmósfera terrestre de varios grados, durante uno o dos años; la oscilación  Atlántica y Pacífica, a causa de los fenómenos del Niño o de la Niña. Así, pudimos crear  como base de referencia una Pequeña Edad Glaciar  (PAG), que va desde el siglo  XIV hasta el XIX, lo más preciso que se pudo, para estudiar las variaciones climáticas. Lo primero que se observa es un recalentamiento a comienzos del siglo XV. Después, a finales  del siglo XVI y en el siglo XVII, los glaciares alpinos  fueron afectados;  ello los condujo a un kilómetro  más lejos que lo que se observaba hoy en día. El último movimiento se dio  entre 1859 y 1860. Desde entonces, han seguido sufriendo un deshielo y estamos afrontando períodos de recalentamiento continuo, a pesar de que  entre 1970 y 1975 se vivió un período bastante frío”.

.C. Con esas conclusiones, ¿es razonable hablar hoy en día de “desorden climático”, en cuanto a un recalentamiento?

E.LR.:”Sí. Porque lo que ocurrió  en esas épocas eran únicamente  fenómenos naturales. El promedio de la PAG era de 10,4 grados, y en 1910 era de 11,4 grados de temperatura promedio. Al  contrario,  en los años 40 esta temperatura pasa a 12 grados, y ahora ya estamos en 13 grados. Esa variación  prueba  la influencia humana. A partir de 1750 se dio la revolución industrial, y sus efectos se empiezan  a sentir alrededor  de 1860. Sin embargo,  toca recordar que el hombre ha influenciado  sobre el clima en otras épocas; por ejemplo,  los Amerindios vieron reducir su población. De ser entre  20 y 25 millones, pasaron  a ser solamente dos millones. ‘Gracias’ a esa disminución de población, los bosques pudieron desarrollarse porque no había tanta explotación. Es por eso que hoy en día se puede hablar de desorden climático, porque,  desde que se poseen medidas térmicas (en 1850), los diez años más calientes han sido los diez últimos”.

J.C.: ¿Esos cambios climáticos influyen de alguna manera  en la supervivencia de la población o en los movimientos sociales?

Emmanuel le Roy Ladurie.

Emmanuel le Roy Ladurie.

E.LR.: “Hasta 1860, los ferrocarriles no existían, los transportes en barcos  a vapor existían poco. Cada vez que había una hambruna, se presentaba una gran crisis. Desde que se empezaron a desarrollar mejor los sistemas de transporte, la alimentación mejoró como, por ejemplo,  el consumo de pan (que, entre 1850 y 1860 ¡representaba el 50% del presupuesto obrero!). Con todos esos sistemas, no se habla tanto de crisis alimentaria, o mejor dicho no había vuelto a existir. La prueba:   el momento donde se volvió a dar  un problema en Francia, fue en 1910, porque ese año llovió mucho y, como se sabe,  el trigo no soporta la lluvia abundante. Pero la crisis no fue mayor porque se pudo importar. De hecho,  el trigo es el primer elemento que prueba el hecho de la mundialización”.

J.C.: Una de las conclusiones de sus tres libros es que no se sabe cuándo será peor…

E.LR.: Los estudios pronostican un aumento de cuatro grados de temperatura e incluso de seis grados.  Eso es terrible.  No puedo saber cuál será el futuro. Lo que sí se sabe es que lo que ocurre ya es irreversible, especialmente por los glaciares. La banquisa va a desaparecer, es seguro.  Y se sabe que en el fondo hay petróleo. Por consecuencia lógica, todo hombre político está a favor del desarrollo y se buscará ese petróleo, pero el otro lado de la moneda  es que ese desarrollo conlleva al recalentamiento…Lo único es pensar es que se podría dar una fluctuación  que refresque  las condiciones climáticas”.

(Revista Ecoguía)

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