¡El béisbol es sacrificio y disciplina!

Por: Antonio Andraus Burgos

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En la temporada de receso invernal, el descanso ciertamente es breve, porque cuando se piensa en la continuidad dentro del juego, las cosas cambian fundamentalmente.

Con la iniciación de los partidos de entrenamientos entre los equipos de las Grandes Ligas esta semana en los parques de la Florida y Arizona, el paso para la apertura de la temporada que tendrá lugar el domingo 3 de abril en cuatro estadios, está apenas a cuatro semanas.

Dentro del proceso camino a la temporada 2016, los clubes han empezado a desgranar la mazorca para pensar, con tranquilidad y paciencia, su formato de juego, tanto en la alineación para los encuentros, como para la rotación de su cuerpo de lanzadores abridores que es, en esencia, la columna más importante del juego para la prolongada jornada de las Grandes Ligas.

Los Dodgers de Los Ángeles, ya anunciaron a su crédito zurdo Clayton Kershaw, para abrir el choque de apertura del club, frente a los Padres en San Diego, acumulando el siniestro lanzador su sexta aparición consecutiva en temporadas de las mayores en el juego inaugural.

Los Yanquis de Nueva York, jugando en casa, tienen sobre el papel el nombre del novato derecho y veloz dominicano, Luis Severino, para enfrentar a los Astros de Houston, novena que está pensando en que su formidable zurdo, Dallas Keutchel, es el hombre indicado para iniciar el juego.

Justin Verlander, el veterano derecho de los Tigres de Detroit, está señalado para trabajar desde la loma de los sustos ante los Marlins, en Miami, novena que tiene prácticamente decidido que su crédito cubano derecho, José Fernández, tendrá a su cargo el compromiso; mientras que los Mets de Nueva York que visitarán a los campeones de la Serie Mundial, los Reales, en Kansas City, no tienen por el momento decisión alguna para entregarle la responsabilidad del clásico a ninguno de sus cinco formidables abridores, y lo mismo ocurre en la divisa que dirige Ned Yost, cuya selección se dará a conocer por lo menos en las dos próximas semanas.

Max Scherzer, de los Nacionales de Washington, es el indicado para abrir por su novena frente a los Bravos, en Atlanta, club este que tiene en el derecho colombiano Julio Teherán, su punto de apoyo para alcanzar la primera victoria de la campaña.

Esos anuncios, como casi siempre ocurre, son válidos para el mundo beisbolero de la Gran Carpa, pero como dicen los que saben, una cosa es lo que se está viendo hoy a cuatro semanas de la apertura de la campaña, y otra, quizás muy diferente, sea la que se presente a la hora de hacer el primer lanzamiento oficial de los choques, porque de aquí a la iniciación de la campaña, mucha agua pasará por debajo de los puentes.

La primera fecha

No sobra recordar que la primera jornada de la temporada se cumplirá el domingo 3 de abril, con cuatro desafíos, dos de ellos, con la etiqueta de interligas.

Los Cardenales de San Luis, los Cachorros de Chicago y los Azulejos de Toronto.

Los Cardenales de San Luis, los Cachorros de Chicago y los Azulejos de Toronto.

 

El juego de apertura estará a cargo de los Cardenales de San Luis en Pittsburgh, frente a los Piratas, a partir de las una de la tarde, que es un clásico de la división Central de la Liga Nacional.

El segundo encuentro correrá a cargo de los Cachorros de Chicago frente a los Angelinos, en Anaheim, a partir de las 3 de la tarde, en un choque en donde los dirigidos por Joe Maddon tendrán cómo exhibir su capacidad de juego y respaldar, con creces el favoritismo que desde ahora se les atribuye para la temporada.

Los Azulejos de Toronto visitan a los Rayas, en Tampa, en el tercer juego de la jornada, a partir de las 4 de la tarde; y el cuarto y último, se efectuará entre los Mets de Nueva York, los actuales campeones de la Liga Nacional, visitando a los Reales, en Kansas City, los monarcas de la Liga Americana y de la Serie Mundial, a partir de las 8:30 de la noche.

Para los eventuales abridores de sus novenas en los encuentros a los que nos hemos referido inicialmente con sus posibles lanzadores, la jornada de apertura será el lunes 4 de abril.

El retorno a los campos

La etapa de receso en la jornada invernal de los Estados Unidos, ofrece variadas tarjetas para los jugadores que, sin llegar con sus equipos a la postemporada, tienen para descansar los meses de octubre y noviembre, y una buena parte de diciembre, a menos que les permitan intervenir en los torneos invernales de la zona del Caribe, situación que es definida única y exclusivamente por los equipos, dependiendo del trabajo realizado durante la temporada regular.

Y decimos que tienen el mes de octubre para descansar aquellos peloteros que no llegan a la postemporada, porque de lo contrario, el periodo de descanso se reduce unas semanas, en consideración a la presencia de su equipo en la contienda de la  final de campaña.

La responsabilidad del pelotero profesional va más allá de lo que el común y corriente de los aficionados considera, porque detrás de cada uno de ellos, hay conciencia permanente de que todo lo que se haga en exceso durante esas ‘’vacaciones’’ de las Grandes Ligas, puede resultar en un enorme detrimento a la hora de presentarse a los campos de entrenamientos primaverales de cada año.

Todos los expertos consideran que los jugadores de las mayores deben empezar a pensar seriamente para la campaña venidera, desde la segunda semana de diciembre de cada año, y ello incluye muchas facetas de su vida privada, que deben restringirse en aras de llegar en las mejores condiciones que sean posibles a los diamantes de entrenamientos.

Los que suben y los que bajan

La cuota de exigencia de la extenuante temporada de la pelota organizada, necesita una buena dosis de disciplina personal, alimenticia, de sacrificios y de deseos de superación en todas y cada una de las temporadas en donde se participa.

Muchos peloteros en el receso invernal, aumentan considerablemente de peso y llegan a los entrenamientos, para decir lo menos, ‘’fuera de forma’’, por lo que la exigencia para tomar el ritmo es difícil. Otros, en cambio, pierden algunas libras, como consecuencia del régimen alimenticio que se imponen, para perder el exceso y encontrar un peso ideal.

Pablo Sandoval, el hoy antesalista de los Medias Rojas de Boston, por lo regular, aparece a las sesiones de prácticas, con algunas libras de más, pero el venezolano bien pronto encuentra su ritmo de juego y aun cuando pierda pocas libras, su corpulencia física es ya bien conocida. Para algunos, unas 20 o 25 libras menos para Sandoval, le ofrecería una estabilidad física envidiable. Pero otros sostienen que su cuerpo está acostumbrado a manejar esas libras de exceso, como igualmente ocurre con Prince Fielder, el hombre de la ofensiva de los Vigilantes de Texas. Y este año, para ambos jugadores, no ha sido la excepción.

En cambio, una buena mayoría de peloteros se mantienen en la línea, es decir, en un peso ideal, así alcancen a tener unas 10 libras por encima de lo habitual, pero que cuando empiezan el trajín para irse acondicionando para la etapa de los entrenamientos primaverales, encuentran con muy pocas exigencias, su peso habitual. Ejemplos claros de esta clase de peloteros, lo fueron Derek Jeter, el afamado torpedero de los Yanquis de Nueva York, y el formidable jugador dominicano, Vladimir Guerrero, quien jugó con varias novenas de las Grandes Ligas.

Los peloteros que gustan ser disciplinados, que guardan compostura, que se mantienen con expectativas para mejorar sus condiciones de juego sobre los diamantes, por lo regular mantienen un régimen alimenticio a base de proteínas, frutas y verduras, para evitar aumentar algunas libras, y en casos excepcionales, llegan a perder peso corporal, pese a su inactividad. ¿Por qué se llega a presentar dicho panorama atlético? Por una sencilla razón: porque dejan por fuera de su menú diario los carbohidratos, considerando que están en época de descanso y que su trabajo físico disminuye.

Mark Teixeira, el formidable primera base de los Yanquis, dejó de ingerir gluten desde hace un año, y hoy día se le observa como un jugador atlético, que empieza a rendir desde el primer día de los entrenamientos primaverales y que si la salud lo acompaña, puede ofrecer una gran temporada con la famosa divisa de Nueva York.

Por eso, el sacrificio y disciplina de los jugadores, va más allá de la jornada beisbolera como tal, y desde cuando despunta el primer día de enero de cada año, ya la mayoría está trabajando para acondicionarse física y mentalmente para la nueva tarea, aun cuando muchos lo hacen dos semanas antes de concluir diciembre.

Eso les permite llegar con cierta solvencia a los campos de entrenamientos y trabajar arduamente por conservar su cupo entre los 25 de la nómina de cada una de las novenas de las Grandes Ligas.

En el béisbol el sacrificio y la disciplina son fundamentales para ofrecer el rendimiento necesario e indispensable para una temporada de 162 partidos que se juegan en apenas 180 días de competencia. Lo demás es cuento… lo demás es fantasía…

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