¿Qué razón habrá, para que todos los escándalos afloren, menos los que se registraron en el Ministerio del Transporte, Invías e Inco? ¿Acaso no han sido los culpables del caos de la infraestructura, más castigada por ellos, que por el invierno?
¿Y por qué el ex presidente Uribe sale, airadamente a defender a Andrés Uriel Gallego, a quien no baja de impoluto?
¿Qué habrá detrás de todo esto? ¿Será que hay un rabo de paja tan grande que puede amenazar a gente de muy alto turmequé gubernamental del largo mandato?
Por todo lo anterior, cualquiera se pone a pensar con sorna, ironía y socarronería, que hasta Gallego no llegará la justicia…
Menos aún, cuando sabemos de la cofradía que lo ampara.
Cuantos están cobijados por el manto del Opus Dei, han sido y serán absueltos por un Procurador que aspira, ¿o ya será? a Obispo de esa poderosísima congregación.
Para el doctor Ordoñez, hay malos y buenos, según sus creencias y grupos políticos a los que pertenezcan o de las tesis que defiendan en materias sexuales y… no hablemos de anticonceptivos o abortos.
Si en algún momento, Andrés Uriel Gallego, llega a ser “tocado” por la justicia, no será en la Procuraduría, en donde se le pueda indagar, porque ya se sabe el veredicto final e inmediato.
El báculo del Procurador, reparte por igual, bendiciones para los suyos y condenas para los herejes, cuyas actuaciones serán siempre procaces y desvergonzadas. Allí empieza, se fortalece la corrupción, y se tuerce el fiel de la balanza… ¡Pobres súbditos de este país, tan lejos de Dios y tan cerca del báculo de sus representantes en esta tierra!