Ese chino –como se le dice cariñosamente a los jóvenes en Colombia- de nombre Egan Bernal, con tan solo 22 años de edad, no solo puso a llorar a un país de felicidad. Su triunfo en la que es considerada por los expertos como la más importante competencia ciclística del mundo con sus 106 años de historia como lo es el Tour de Francia, representa para nuestro país un reconocimiento de grandes dimensiones; para la familia de Egan un mar de emociones encontradas no creíbles; para el propio Egan un sueño logrado difícil de asimilar, y para el ciclismo nacional el respeto mundial como potencia, algo que se esperaba desde hace mucho tiempo, es decir, desde los primeros logros con Martín Emilio “Cochise” Rodríguez, Fabio Parra, “Lucho” Herrera, Santiago Botero hasta los más recientes con Nairo Quintana.
Con el sensacional triunfo del zipaquireño Egan Ariel Bernal Gómez queda abierta una brecha, un nuevo camino para la nueva generación de ciclistas colombianos que sueñan con llegar al podio de las grandes competencias europeas.
Y es que esa fecha, 28 de Julio de 2019, será permanentemente recordada por la manera como Bernal conquistó el Tour de Francia. Son varias las razones para destacar: Primero, porque faltando tres etapas para finalizar la carrera se daba como ganador absoluto al francés Julian Alaphilippe; segundo, su labor como gregario de su compañero del Team Ineos, el británico Geraint Thomas, cambió de un momento a otro para convertirse en el líder del equipo.
Lo que viene en adelante para el ciclismo colombiano como para el propio Egan será grande gracias a su juventud, a la fortaleza de sus piernas para pedalear a pesar de su contextura delgada, a su humildad como deportista y ser humano, y por las ganas de seguir cumpliendo sueños. Tendremos a un Egan gigante y con cuerda para mucho rato. (Imágenes: TV Internacional).