Por: Gilberto Castillo
Todo me llegué a imaginar menos que, algún día, los miembros de la Academia Colombiana de la Lengua, la máxima autoridad en nuestro idioma local, llegaran a aceptar, después de largas discusiones, expresiones que hasta hoy se pronunciaban casi en susurro o solamente hacían parte de nuestro idioma personal cuando estamos muy en confianza.
Son palabras o términos que por capricho popular nacieron de quien sabe dónde, y se quedaron arraigadas en la jerga de la gente. Uno de ellos y el más coloquial sería por ejemplo, Machucante, con el que se designa vulgarmente al amante de una mujer. Como éste muchos otros ya están autorizados para darles uso cotidiano sin tener que sonrojarnos por ello.
Todas estas licencias fueron dadas por La Academia Colombiana de la Lengua que acaba de publicar El Diccionario de los Colombianismos, que no son otra cosa que expresiones autóctonas, casi naturales, dentro de las fronteras de nuestro país. Muchas no dejan de resultar risibles, por más que las autorice una entidad tan importante.
Entremos en materia.
Debió ser muy divertida la reunión de nuestros regidores de la lengua. A alguno, seguramente, se le ocurrió pensar que en nuestro país libros clásicos como El Amante, deMargarite Duras se le pudiera cambiar su título por el de El Machucante. Nos imaginamos el Camello (de aquí en adelante pondremos con negrilla los nuevos vocablos aceptados), para ponerse de acuerdo en ciertos términos.
Algunos debieron argüir que hasta estaban autorizando a la misma prensa nacional para escribir titulares como: “Ante la arremetida de la delincuencia, la ciudadanía estáagüevada”, que viene a ser sinónimo de aculillarse, o acobardarse como dirían los mejor hablados.
Otro académico seguramente quiso ser agalludo, y debió llegar a las reuniones con términos hasta traídos de los cabellos, para mostrase como el más duro de todos, pues en cualquier reunión que se precie de importante, siempre hay un abeja, o un avión, que no es otra cosa que un avispado.
Pero lo más seguro, dentro de este proceso, es que ninguno de los veintidos miembroscapó reunión, ni salió calceto a la hora de apoyar una decisión, pues entre otras cosas aprobar colombianismos, es uno de las misiones más delicadas que tiene nuestraAcademia de la Lengua, y no son estos los primeros.
Bonche por alguno de los términos aprobados no debió existir, porque cada uno fue estudiado sin acelere, y con la carreta necesaria para definir su uso, que no puede ser otro que el mismo que le designaron quienes lo inventaron o pusieron de moda. Lo que si nos dijo un sapo, es decir, un entrometido, que estuvo en una de las reuniones es que todos quedaban mamados, y como un chupo, por las largas sesiones.
Con la publicación del Breve Diccionario de los colombianismos, las más beneficiadas para cambiar su estilo, y seguramente volverlo más fresco, son las revistas de farándula, veamos: tranquilamente podrán decir que el productor y director de tal película estánachicopalados, por los comentarios de la crítica. O que la gran estrella fulano de tal, es un bacán con la prensa, porque posa tranquilamente y concede todas las entrevistas que se le piden.
Pero igualmente pueden venir titulares de portadas como estos: “el actor….. , a pesar de ser un gallinazo reconocido, es un cachón porque su mujer le es infiel”. O, “la modelo Naomi Campbell utiliza cucos de pepitas”. La verdad, hasta ahí, todo esta bien. Pero que tal si una revista escribe lo siguiente: “Angelina Jolie y su esposo Brat Pitt, a pesar de haber adoptado a cuatro cagones asiáticos, resolvieron adoptar un caguetas más con lo cual se convierten en padres de cinco carajitos”. Y algo más para un titular preciso: “se descubrió, después de diez años de su muerte que Rod Hudson, no era unmarica, sino un cacorro consumado”, porque era un homosexual con papel activo. Recordemos que en Colombia, cacorros son unos tanques que los campesinos cargan a sus espaldas con rmedio para rociar cultivos. Otro itular moderno sería: “la tenista campeona de Wimbledon, a pesar de su físico de marimacha, es romántica y está muy enamorada de su novio con quien se apechicha en público y picha en privado”.
A los locutores y deportistas les toco su parte.
Arepa es la denominación de un pan criollo en cualquier manifestación culinaria autóctona hecho con harina de maíz. Sin embargo, y gracias a la decisión de laAcademia, quedó con varios derivados. Uno de ellos es de arepa, que sería sinónimo dechiripa, y ocurre en el momento de meter un gol que no estaba previsto. De allí saldría igualmente arepazo, que es más o menos lo mismo. De igual manera se podría decir que “la porrista del equipo X, es arepera, porque reconoció ser lesbiana”.
Pero igualmente si el locutor esta muy ansioso, y de pronto hincha del equipo que juega, tranquilamente puede gritar al micrófono, sin que nadie lo censure, “¡pero ese cabrón a quién le hizo el pase si por eso ángulo no había nadie!”. Y si la patinadora esta muy linda, puede volver a gritar a voz en cuello “¡se corona campeona de la prueba elbizcocho…representante de nuestro país! Y no nos importa que las demás competidoras se pongan calientes. Nada podemos hacer si su entrenador es un atembado”. Déjenme aclarar que este caliente es sinónimo de emberracarse, y atembao de tonto.
“Estoy arrecho con este partido”, es una licencia que tranquilamente se puede tomar el comentarista de turno en el estadio, pues la academia aclara que arrecho es estar bravo o furioso por algo.
A la economía también se le oficilizaron sus términos. Pues si alguien, paso de agacheen el negocio, es porque de manera mañosa se salió del compromiso. E igualmente pudo resultar un marrano, porque alguien se aprovechó de él. Y fulano de tal no tiene suficiente biyuyo porque es cascareno, es decir, solo gana o se alimenta de migajas, y por esa razón es pesimista y todos los cheques le salen chimbos. Esto sin contar que muchos socios le salen faltones, porque le incumplen en todo, y los que no, se lechupan del negocio, es decir se arrepienten.
Y así sucesivamente se van encontrando palabras que a fuerza de ser impuestas por los hablantes, convencieron a los más exigentes letrados de nuestro país de aceptarlos como un término puro, inocente y sobre todo en uso. Es más, vale la pena traer a colación a personalidades del gobierno como el Alcalde Garzón, quien utiliza en su habitual vocabulario la palabra Pichurria, para referirse a algo insignificante.
Otros vocablos aceptados son:
Ahoritica: Ahora, hace un momento. Forma intensiva de ahorita.
Alebrestado: Alborotado, agitado.
Apendejarse: Volverse tonto, pusilánime.
Basuco-Bazuco: Cigarrillo de fuertes efectos alucinógenos, preparado a base de una mezcla de cocaína, marihuana y otras sustancias.
Bolsón: Tonto, sin inteligencia.
Cacorrada: Acción propia del cacorro. Trivialidad, tontería.
Chaguala: Cortada, generalmente en la cara o la cabeza, producida por arma cortapunzante u otra causa.
Chanda: Algo feo, desagradable.
Chanfa: Empleo, colocación.
Chapeto: Embriagado.
Chatear: Dialogar a través del correo electrónico.
Chévere: Expresión ponderativa de las cualidades de personas, cosas o situaciones.
Chichipato: Avaro. Referido a objetos, mezquino, de poco valor, ordinario.
Chichonera: Tumulto, zafarrancho pelotera.
Chiviado: Referido al artículo que ha sido adulterado para venderlo al público.
Cucos: Prenda interior femenina, calzones.
Emputarse: vul. Encolerizarse.
Pichar: realizar el acto sexual.
Pichurria: cosa insignificante, de poco valor.
Parche: sitio o reunión de jóvenes.