Entran en juego las matemáticas para un posible caso de empates
Rufino Acosta Rodríguez
Después del ajustado triunfo de Perú sobre Venezuela (1-0) en Valparaíso, hay que tomar en cuenta el juego de las matemáticas para el posible desenlace del que desde un principio fue llamado el grupo de las dificultades en la Copa América. Si la serie hubiera terminado este 18 de junio, Colombia estaría eliminada por ese factor de las cifras.
Desde luego, todavía hay un par de encuentros pendiente y solo al final de los mismos se sabrá cómo queda el asunto. En principio cabría decir que si hay empates en los duelos Colombia-Perú y Brasil-Venezuela, la escuadra tricolor tendría que volver a casa en vuelo anticipado. Por eso vale aquello de que el partido del domingo vale un Perú.
Las cuentas son claras: cuando hay igualdad en puntos se acude a medios de desempate que están previstos en el reglamento de la competencia: diferencia de goles, más goles a favor o el resultado entre si. Dentro de ese contexto, Brasil (1) y Perú (2) llevan la delantera por mayor número de tantos (2), mientras que Venezuela (3) supera a Colombia en el duelo particular. Así se establece el orden actual.
Recuerdo inquietante
Puesta sobre el tablero la posibilidad negativa, entonces vamos a quedarnos con la opción optimista y el convencimiento de que Colombia tiene equipo para salir airosa ante los incas. Nada cabe asegurar, desde luego, pero los astros están alineados en tal sentido a la luz de lo que se vio contra Brasil. La condición anímica anda por las nubes y los jugadores no han perdido la memoria.
Con el triunfo se despejará cualquier duda, obvio, pero hay quienes recuerdan que hace cuatro años Perú eliminó a Colombia, entonces favorito acaso mucho más que hoy, en la ronda de cuartos de final. Esta vez se espera que sea diferente, aunque el fútbol tiene su encanto en la incertidumbre.
Iba por lo mismo
Venezuela enfrentó a ¨Perú más o menos con el mismo «módulo» que utilizó frente a Colombia, se agrupó, pobló el medio campo y apeló al contragolpe. La estrategia parecía funcionarle e inclusive Rondón, Guerra y Arango llevaron el peligro a los predios de Pedro Gallese. Todo estuvo bien hasta los 29 minutos, cuando Fernando Amorebieta cometió falta descalificadora (lo pisó mientras estaba caído) contra Paolo Guerrero y el árbitro boliviano Raúl Orosco lo pilló en flagrancia para roja directa.
Cambio de planes
Al quedar con diez, el técnico Noel San Vicente se vio obligado a reajustar sus líneas para mantener el orden y evitar que Perú se le viniera encima. Hizo la tarea y daba la impresión de que podría soportar el vendaval, aunque creo que el afán por insistir en el ataque le produjo mayor desgaste.
Perú insistió en el juego por las puntas y como reza el refrán popular, se rompió el cántaro. Un rechazo defectuoso de Andrés Túñez dejó el balón en los pies del experimentado Claudio Pizarro por la zona izquierda, vino su disparo de zurda y el gol que le daría el valioso triunfo a los hombres que dirige el argentino Ricardo Gareca. El portero Alain Baroja quedó estampillado.
Justo es decir que el cuadro patriota sintió el efecto del hombre menos, pero en ningún momento se vino a menos. Fue luchador y ratificó que no llegó a Chile en plan de paseo. Hizo honor al espíritu del bravo pueblo.
El desenlace
La suerte del grupo C quedará definida el domingo 21 entre las dos y las ocho de la noche. Hasta ahora no se ha modificado el horario de la programación y por lo tanto primero será el partido Colombia-Perú y después se enfrentarán Brasil y Venezuela. Lo lógico, para evitar suspicacias, sería que se cumplieran de manera simultánea. Llama la atención el hecho de que la condición de desigualdad solo despierte curiosidad entre los periodistas y nada se diga por parte la dirigencia. Pasa de agache.