La sensual coincidencia entre el personaje y la actriz
Por Germán Matamoros G.
(Fotos: Andrés Reina- Reypuk)
Ágata Crespi es una mujer muy atractiva y sensual que sabe bien cómo sacarle partido a esta arma que la naturaleza le entregó. Aunque en la oficina apenas si se percibe su belleza, es capaz de transformarse en una verdadera gata si su ambición lo amerita. Es la gerente de la empresa Seguratec, usa una máscara de frescura, de calidez y de amistad con Santiago y con Mariana, pero en realidad ella obedece ciegamente las órdenes de Lorenzo. Es una devoradora de hombres en todo el sentido de la palabra. Los lleva a la cama si quiere pero, sobre todo, le encanta saberlo todo acerca de ellos y convertirlos más tarde en juguetitos con los cuales divertirse. Es camaleónica. Podría disfrazarse de monja y sería creíble. Es capaz de sonreír tímidamente como quinceañera, también puede con un solo gesto dañar un matrimonio.
Este es ni más ni menos el perfil del personaje, según el libretista, que interpreta la actriz cubana Laura Ramos, en la telenovela Las trampas del amor. Y es precisamente la atractiva belleza de esta mujer lo que viene llamando la atención no solo por sus rasgos físicos, el tono grueso de su voz, sino que en conjunto, transmite mucha sensualidad. Es una de las razones por las cuales Ver Bien Magazín quiso descubrir un poco más su personalidad y de saber que tanto hay entre esa ficción y la realidad.
Y empezamos por conocer su propia versión sobre la piel de ese personaje: “Ágataes una mujer de extraña procedencia. Preparada por Lorenzo (Rafael Novoa) para ser una especie de sustituta de él en femenino. Una mujer capaz de transformarse en otra persona si la ocasión lo amerita. Fuerte de carácter. Ella es muchos personajes en uno”. Aunque hizo el respectivo “casting”, seguramente no hubiera sido necesario hacerlo, ya que precisamente su carisma natural da perfectamente para encajar dentro del personaje. Lo curioso es que entre Ágata y Laura, según lo afirma ella misma, no tienen que ver absolutamente nada.
Sin embargo -en honor a la verdad- y por lo que se ve en la pantalla chica, posiblemente sea al revés: es el personaje el que encaja perfectamente en algunas características de la personalidad de la actriz… en ese mágico encanto que tiene esta mujer nacida en La Habana.
Cuando me enamoro no le tengo miedo a nada
¿Qué hacía antes de ser actriz?
Estudiar secundaria.
¿Qué estudios hizo?
Estudié actuación en la Escuela Nacional de Arte y en el Instituto Superior de Arte primer año, ya después comencé a trabajar hasta hoy.
¿Fue Modelo?
No, nunca.
¿Cuál es su estatura? 1.73
¿Ha tenido alguna dificultad en su trabajo por su estatura?
Sí, en una película mi pareja protagonista era muy bajo de estatura y en algunas escenas tuvimos que hacerlas con él encima de un paso de madera, fue muy gracioso.
¿Cuáles son las medidas de su cuerpo?
No sé exactamente.
¿Color de ojos…?
Café.
¿Qué la llevó a ser actriz?
Una vocación muy fuerte.
¿Cuál fue su primera experiencia como actriz?
A los 15 años en la obra infantil «Pinocho» con un grupo de teatro aficionado de La Habana.
¿Cómo llegó a Las trampas del amor?
Conocí a Armando Barbosa, el director, haciendo unos unitarios en Bogotá, y cuando a él le propusieron el proyecto pensó en mi para el personaje de Ágata, y me pidió que me presentara al “casting”. Después de muchos días de pruebas conseguí el papel.
¿Se considera una mujer sensual?
Hay días que si, otros no. Como toda mujer me gusta gustar.
¿Cómo maneja su sensualidad?
Cuando es necesario.
¿La utiliza para sus propósitos románticos?
Claro, como todas las mujeres de este mundo. El «cómo» ya lo dejo a la imaginación.
¿Qué tan enamorada es?
Mucho, soy muy romántica. Y cuando me enamoro no le tengo miedo a nada.
¿Cómo se conquista a una mujer con un carisma tan arrollador como el suyo?
Con inteligencia, gracia, sentido del humor y autenticidad.
¿Cuál considera que es su mayor atractivo?
La palabra, considero que tengo buen verbo.
¿La parte de su cuerpo que más le gusta?
La nariz quizá.
¿Y la que esconde por vanidad? Esa no te la voy a decir.
¿Qué piensa del matrimonio?
Surge de forma natural, es el resultado de mucho amor y mucha paciencia.
¿Se casará pronto?
Quizá.
¿Cuántos hijos tendrá?
Al menos dos.
Ese famoso «hombre de los sueños» de las mujeres, en su caso ¿cómo sería?
Como mi novio Caleb.
¿Se interesa por los temas sociales o políticos?
Sí, me parece importante vivir con conciencia social. La política ya la entiendo menos, pero en general me parece igual de sucia.
¿Qué le llama la atención o le preocupa de la actual situación mundial?
Cuba, mi país.
¿Qué proyectos vienen después de Las Trampas del amor?
Por ahora no hay nada. Después de mis vacaciones ya veremos. La idea es quedarme un tiempo en Colombia.