A lo largo de su historia, nuestro país ha construido íconos nacidos más del imaginario popular que del producto de hechos positivos. Es quizá, por eso, que no tenemos un modelo a seguir, y mucho menos una estructura de país para un futuro inmediato, porque nadie nos ha invitado a imaginar el país que queremos.

Con este titular y  el sueño de sus ambiciones  como profesional de la radio, le contó el reconocido periodista a Yolima Dussan lo que aspiraba a ser en un futuro. Este reportaje, quizá el primero que le hicieron,  y que fue publicado en la revista Click del Espectador, en marzo de 1989, se cumplió al pie de la letra, pues Sánchez Cristo con talento y decisión coronó sus sueños y llegó a donde quería: ser uno de los periodistas de radio más reconocido en los países de habla hispana y un producto de exportación nacional.

Se cumplieron 105 años del nacimiento de la radio difusión en el mundo, pues en 1906 el científico canadiense reginald Fessenden hizo la primera transmisión de un texto por radio.

El Diario Oficial, en el que se registran todos los decretos y leyes que son ejecutadas por el legislativo y que sirve de referencia para la rama ejecutiva y casi es vocero de la misma, fue creado por don Manuel Murillo Toro, presidente de Colombia en 1864.

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La libertad de los policías y militares secuestrados por las FARC, está en poder de Piedad Córdoba, ella casi que es la dueña de esta circunstancia. Si Piedad,  en su calidad de vocera ante el país y la sociedad internacional, con la muerte de Tirofijo hace comentarios como:“Aquí en Colombia necesitamos muchos Gaitanes vivos, muchas Policarpas Salavarrieta, vivas; muchas Marías Cano, vivas; mucho Camilos Torres, vivos, y muchos hombres que sean capaces de resistir la lucha, así como lo hizo también Manuel Marulanda”, está haciendo eco de lo que la guerrilla quiere que se diga y de lo que quiere ganar a costillas de una mujer polémica pero con gran reconocimiento.

“¡Socorro doctor Russi que me matan unos ladrones!” “Socorro me matan el doctor Russi y unos ladrones”, una de estas dos frases escuchó, a grito entero, en la madrugada del 25 de abril de 1851. ¿Cuál fue la verdadera?, eso jamás se sabrá. Lo cierto es que a oídos de la justicia primó la segunda, pues los vecinos testigos del llamado de auxilio dijeron haber escuchado una y otra, y el doctor Russi fue condenado a muerte.